SOS Racisme, la ONG catalana que pide más subvenciones tras cobrar 700.000€ en 4 años
Como es habitual cuando se trata de organismos subvencionados, la financiación pública nunca es suficiente dada la importancia de su tarea
En Cataluña hay toda una variedad de grupos, observatorios, ONG y organismos que - siempre amparados en las buenas intenciones - reciben subvenciones públicas. Aunque actúen en ámbitos diferentes, casi todos están en una misma órbita de corte progresista. Ecologismo, pacifismo, derechos de tal o cual identidad, cooperación, derechos humanos y, en fin, ideas afines.
De hecho, desde E-Notícies hacíamos esta semana un análisis de los grupos pacifistas que reciben subvenciones. Algunos privados, algunos públicos y casi todos idénticos. A la postre, esta clase de organismos se caracterizan por tener un balance económico muy similar. SOS Racisme no es una excepción.
El caso de SOS Racisme
“Somos una asociación creada en 1989 para trabajar en la defensa de los derechos humanos desde la acción antirracista, de manera independiente, democrática y desde la acción de base”. Con estas palabras, se define a sí misma SOS Racisme en su página web.
Entre las múltiples funciones que dicen realizar hablan de atender a personas que padecen racismo, a “ofrecer sensibilización”, a “impulsar redes de colaboración”, a organizar campañas de movilización y actividades por el estilo. Por lo general, estos organismos se mueven en una órbita de autopublicidad, reivindicaciones y actividades culturales. Sus redes sociales son una buena muestra al respecto.
El mismo panorama económico
Pero la característica fundamental de estos grupos suele ser un balance económico con dos atributos recurrentes. El primero, una dependencia económica absoluta de la administración (durante los últimos cuatro años, el 62% de los ingresos de SOS Racisme son de subvenciones públicas). El segundo, un elevado gasto en personal que, en muchas ocasiones, supera el gasto en proyectos (en 2022, los salarios totales de SOS Racisme representaron el 72% de sus ingresos).
Como también es habitual, estas organizaciones suelen considerar que su negociado necesita más financiación dada la importancia de su tarea. No es común encontrar redes de estos organismos que digan que la financiación que reciben es suficiente. Y SOS Racisme tampoco es una excepción:
Todo este panorama permite albergar alguna suspicacia hacia la labor de lobby que esta organización dice hacer. En su web hablan de que trabajan por la “incidencia política: hacemos presión institucional para impulsar políticas públicas que busquen una justicia social real”. El motivo para estas suspicacias es que parece difícil hacer presión a aquellos de los que dependes económicamente.
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