Los soldados de Puigdemont intensifican su campaña contra ERC
El expresident se encuentra en el momento más delicado
Carles Puigdemont se encuentra en uno de los momentos más delicados desde que salió de España. Acorralado por la justicia y abandonado por el independentismo, el expresident trata de salvar ahora los muebles de su partido. Junts se encuentra en una batalla crucial por la disputa de la hegemonía independentista.
No es extraño pues que Waterloo haya engrasado la maquinaria contra ERC, su gran rival en las elecciones del 23-J. Puigdemont sabe de la importancia de estos comicios, que medirán las fuerzas soberanistas antes de las elecciones catalanas. Por eso sus soldados se emplean a fondo en su campaña contra el partido de Oriol Junqueras.
Waterloo, en guerra
Josep Lluís Alay, el fiel escudero de Puigdemont, ha pedido castigar duramente a ERC en las urnas. “Los diseñadores de la catastrófica mesa de diálogo lo tienen que pagar. El mal que han hecho a todo el movimiento independentista es de dimensiones históricas”, publicó en un Tweet.
Hace referencia a la decisión del PSOE de eliminar la mesa de diálogo de su programa electoral. Los socialistas dan por cerrado el procés, y Junts aprovecha para azuzar a su adversario político allí donde más duele. Forma parte de una estrategia orquestada por la dirección.
Josep Lluís Alay forma parte del círculo más cercano al expresident. Estuvo acusado de haber ayudado a Puigdemont a huir de la justicia en el extranjero, y también se enfrentó a cargos de malversación y prevaricación. Actualmente, es uno de los pocos fieles que quedan en el barco a la deriva del expresident.
Otros fieles como Lluís Llach y Míriam Nogueras han tuiteado estos días siguiendo la línea estratégica de su jefe.
Objetivo, destruir a ERC
Su mensaje contra ERC llega en el momento propicio, tras el cisma abierto por Clara Ponsatí. La eurodiputada cargó duramente contra la estrategia de Puigdemont, después de que el TGUE les retirara la inmunidad.
Su desafío alienta la rebelión de una parte importante de las bases de Junts y del independentismo en general contra el procesismo. Ante este panorama, Puigdemont trata de presentarse como el único heredero del espíritu del 1 de octubre. Y esto pasa por señalar a ERC como traidores y hundirlos electoralmente.
El mensaje de Clara Ponsatí fue claro: hay que acabar con el procés y refundar el independentismo con nuevos partidos y nuevos líderes. En Waterloo creen que si el 23-J consiguen evitar la abstención y hundir a ERC, el liderazgo de Puigdemont seguirá intacto. De lo contrario, su posición quedará más discutida que nunca.
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