Salvador Illa ya se ve de president y deberá convencer al procesismo
Lo difícil empieza ahora: Salvador Illa tiene el reto de armar una mayoría parlamentaria con un procesismo en retirada
Se confirma lo que parecía claro: el PSC gana con holgura y Puigdemont estaba lejos de un empate técnico con Salvador Illa. Los socialistas catalanas consiguen 41 escaños - 9 más con respecto a 2021 - y casi el 30% de los votos. A partir de aquí, la pregunta es cómo se va a concretar esta victoria en forma de una mayoría en el Parlament.
Referencias a Pedro Sánchez
Poco después de conocerse su victoria, el líder de los socialistas, Salvador Illa, ha comparecido para transmitir dos mensajes. El primero, que “Cataluña abre una nueva etapa” y que “se pone en marcha”. Es decir, dejar al procés como una reliquia y un recuerdo innecesario. La segunda, que lo primero que hará una vez constituido el Parlament será presentarse a la investidura.
Su reto ahora será convencer a un procesismo que ha recibido un duro golpe. Y es que, a diferencia de 2017 y 2021, el procesismo no suma ni aun organizando una alianza de perdedores. Aunque no hagan presidente a Illa, los procesistas no tienen manera de mantener la Generalitat. Además, Aragonès ya ha dicho que se van a la oposición, con lo que el tripartito no está tan claro.
Es de destacar que una de las primeras referencias que ha hecho Salvador Illa ante los medios ha sido a Pedro Sánchez, al cual ha hecho partícipe de esta victoria gracias a sus “políticas” en Cataluña. En efecto, el otro ganador de la noche es Sánchez, que ya salvó los muebles en el País Vasco y ahora solo le quedan las europeas.
El reto de convencer a un procesismo sin mayoría
De entrada, el análisis parece claro: el PSC recoge la política de apaciguamiento de Sánchez y la mala gestión de la Generalitat que ha hecho ERC. A falta de estudiar en detalle el trasvase de votos, todo apunta a que el votante de ERC ha migrado en masa hacia el PSC.
Con respecto a Junts, se ha confirmado que no había ningún empate técnico con el PSC, que era una posibilidad que se alentó durante los últimos días de campaña. Por el contrario, el PSC le ha sacado 7 diputados de ventaja a Junts. El discurso de moderación con poco protagonismo de la cuestión nacionalista ha convencido más que el personalismo político de Puigdemont.
Una vez desactivada la mayoría indepe, el siguiente reto del PSC es armar una mayoría parlamentaria con un procesismo que ya está de uñas. Puigdemont, por ejemplo, dejó claro que o él es presidente o deja la política, y ERC deja en el aire cómo van a digerir dentro del partido su fracaso. Lo difícil empieza ahora para Salvador Illa.
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