Primer plano de Salvador Illa en un mítin del PSC

POLÍTICA

Salvador Illa, a la espera de Pedro Sánchez

El líder del PSC está a la espera de lo que suceda en el Congreso

Salvador Illa ha puesto el pause y se mantiene a la espera de los acontecimientos. Es de los pocos líderes socialistas territoriales que puede sonreír
tras el 28M y el 23J y sabe que el viento le va de cara para volver a ganar unas elecciones. El problema es que no depende de él, sino que es Pedro Sánchez quien decidirá cuál es el papel del PSC a partir de ahora.

Hace unos días afirmábamos que había llegado el turno de Salvador Illa. La derrota electoral de ERC -tanto en municipales como en autonómicas- debería comportar la convocatoria electoral de Pere Aragonès. Sucedería en cualquier país normal donde un President gobierna con 33 diputados de 135 y donde el jefe de la oposición lleva tres elecciones ganadas. Pero ya sabemos que hablar de normalidad y de política catalana a la vez no acostumbra a cuajar.

El resultado del pasado domingo dejan en una situación curiosa a Salvador Illa. Ha contribuido más que nadie a la victoria electoral de Pedro Sánchez y ha acatado sus órdenes desde hace tiempo. Pasó del Consejo de Ministros a Cataluña con una sonrisa y ha pactado los presupuestos de Aragonès por aritmética parlamentaria. El favor de ERC en Madrid lo devuelve el PSC en el Parlament. Pero aún debe esperar para forzar elecciones en Cataluña.

Imagen de Salvador Illa señalando con el dedo durante un mítin del PSC

El pleno del Parlament del pasado jueves volvió a mostrarnos un Salvador Illa más conciliador con los procesistas. Marcó menos perfil propio e hizo oídos sordos a los cantos de sirena del PP. Alejandro Fernández le pidió dar un paso adelante y le aseguró el apoyo de los populares en Barcelona si el PSOE respetaba a Feijóo en Madrid.

Lo que sucede es que Salvador Illa espera instrucciones y desde Madrid le piden paciencia. Primero el PSOE debe garantizarse los votos de ERC y Junts y después ya veremos cómo queda el mapa político. No es nada descartable que a Illa le toque sustentar un año más a Pere Aragonès por orden expresa de Pedro Sánchez. Y sería una verdadera lástima, porque el procesismo sale de las generales tocado y hay una oportunidad real de acabar con la falsa mayoría indepe.

La política implica estas cosas. Que se lo digan a Ernest Maragall, que se pasó cuatro años aprobando las cuentas de Colau, que le robó la alcaldía con nocturnidad. La débil posición de Pedro Sánchez y la fragilidad de Pere Aragonès se mantiene gracias a los favores mutuos que se hacen en Madrid y Barcelona. Pero tras la victoria aplastante del PSC de Salvador Illa ha llegado el momento de dejar de esperar, pedir turno y pasar al ataque.