Pedro Sánchez depende de dos fugados de la justicia para ser investido
ERC sitúa a Marta Rovira como negociadora y Puigdemont ya espera a enviados del Gobierno en Waterloo
El procesismo se ha conjurado para demostrar la debilidad de Pedro Sánchez y su predisposición a pasar por el aro para volver a ser presidente. Conscientes que tienen ahora mismo la sartén por el mango, ERC y Junts tirarán de símbolos para iniciar la negociación con el PSOE. Veremos si son capaces de llegar a algún acuerdo, pero de momento lo que queda claro es que los socialistas van a tener que pasar por Suiza y Bélgica.
Lejos quedan ya aquellas palabras de Pedro Sánchez en 2019, cuando decía que Carles Puigdemont era un fugado y que tarde o temprano sería juzgado por la justicia. Ahora, el expresident residente en Waterloo es un actor político prioritario para el líder del PSOE. De hecho, ya ha autorizado a Jaume Asens, de los Comuns, a iniciar negociaciones para su investidura. Que Puigdemont pida de momento un referéndum y la amnistía y que sea un fugado de la justicia no es importante, de momento.
Pedro Sánchez está seguro que Junts puede renunciar al referéndum y lo de su situación procesal tiene solución, creen en el PSOE. Si se hicieron los indultos y la derecha no sacó mayoría absoluta, hay margen. Normalizar a Puigdemont políticamente no importa demasiado al Gobierno de izquierdas, que ya hizo lo mismo con Otegi y Bildu.
Hay que recordar que Pablo Llarena está a la espera de lo que dicte el TJUE para reactivar las euroórdenes de Puigdemont. Si se confirma que pierde la inmunidad, la justicia española volverá a reclamar a Bélgica la entrega de Puigdemont. Se podría dar la circunstancia que esto sucediera mientras Junts se convierte en el nuevo aliado del PSOE.
De Waterloo a Suiza, de Puigdemont a Marta Rovira
Y, claro, si Junts pone en el foco sus fugados, Esquerra no será menos. Si se tira de victimismo sí que hay unidad procesista. Marta Rovira, aún secretaria general de ERC pese a los resultados del domingo, será una de las responsables de negociar con el PSOE a partir de ya. No queda demasiado claro su papel, ya que en las reuniones estarán Bailac, Jordà y Rufián, pero su nombre sale en la lista.
Marta Rovira se fugó la noche antes de presentarse en el Supremo y se estableció en Suiza. Ahora mismo solo tiene una orden de detención por desobediencia, de modo que no entraría en la cárcel. Pese a esto, Rovira aseguró hace poco que "no se dan las circunstancias para su vuelta", ya que es una de las señaladas como responsables de 'Tsunami Democràtic'. Sabedora de que puede haber pruebas que apoyen la teoría de la Guardia Civil, Marta Rovira prefiere esperar.
Pedro Sánchez ha decidido que le da igual tener que hacerse fotos con Rovira y Puigdemont si a cambio mantiene el Gobierno. Creía que el castigo electoral tras los indultos y su relación con Bildu sería mayor, así que se ve fuerte. Veremos si es capaz de convencer a Junts per Catalunya y, sobre todo, cuáles son las contrapartidas. Porque el procesismo también se cree duro ahora y pedirá muchas más cosas.
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