La respuesta viral de Sílvia Orriols a la diputada musulmana de ERC
Najat Driouech reivindica el muro a la ‘extrema derecha’ y Orriols le responde que ‘el islam deshumaniza’
El cuerpo a cuerpo entre la alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols, y algunas figuras de ERC ha sido constante. Y ahora lo será aún más. La semana pasada, el consejero Elena se refería directamente a Orriols en el Café de Ideas para calificarla de “extrema derecha”. Pero uno de los combates más habituales no es con el consejero, sino con la diputada musulmana más famosa de Cataluña y probablemente de toda España, Najat Driouech.
Orriols y el islam
Orriols ha recogido todos los recelos y rechazos que el votante nacionalista tiene hacia la inmigración y, más en particular, hacia la inmigración musulmana. Ella misma se considera abiertamente “islamófoba”. Eso sí, aclarando que piensa eso porque el islam, a su juicio, es una ideología “político-religiosa”.
En este sentido, son constantes sus denuncias de que el progresismo cae en una contradicción cuando apoya al islam desde Occidente. Algo que le ha valido una multa de 10.001 euros impuesta por el Govern de ERC. Aunque las polémicas han sido constantes. Una de las más recientes fue que su ayuntamiento vetó el cartel de las Fiestas de Ripoll porque en él aparecía una niña musulmana con velo.
Las palabras de Driouech
Y de velos vuelve a ir la polémica. La diputada Driouech ha recordado que su partido (junto a la CUP y los Comuns) ha firmado un acuerdo para no pactar con la extrema derecha. Así se expresaba la diputada en un acto electoral de ERC:
La diputada Driouech ha disparado directamente contra Salvador Illa y Carles Puigdemont por no firmar este pacto. Es decir, es un mensaje electoralista que moviliza a través del miedo. “Con la extrema derecha, siempre de cara”, ha dicho en referencia a Vox y, sobre todo, a Aliança Catalana.
Esto es lo que explica la respuesta de Sílvia Orriols a estas palabras de Driouech:
“Es el islam el que deshumaniza a las mujeres, considerándolas provocadoras y pecaminosas y tapándolas con harapos”, dice Orriols. Se trata de una confrontación sin diálogo en el que cada uno de los contendientes se dirige a sus propios votantes.
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