¿Qué pasa en Ripoll?: El reportaje que no verás en TV3
E-Notícies hemos ido a Ripoll para ver qué ambiente se respira tras la polémica de los empadronamientos. Sorprendentemente (o no), la realidad que nos hemos encontrado no es la que nos ha mostrado la prensa subvencionada
“Los partidos políticos de Ripoll nos mostramos preocupados por el aumento de la crispación y la rabia entre la población”. Esta era la primera frase de un comunicado firmado conjuntamente por las formaciones ERC, Junts, PSC, CUP y el partido municipalista Som-hi Ripoll (una escisión de Junts). De todo ello, claro está, culpaban a Sílvia Orriols y a Aliança Catalana, el partido que gobierna en la ciudad tras arrasar en las elecciones municipales.
La idea de que Ripoll vive, supuestamente, en un clima de tensión, se ha visto amplificada por algunos de los medios más subvencionados por el Govern. En los últimos días, El Periódico y otros medios afines al régimen han repetido, por activa y por pasiva, que “la crispación ha llegado a la calle”. Todo esto, en una campaña que parece orquestada, a partir de la falsa polémica sobre la política de empadronamiento que Orriols y su equipo han impuesto a la ciudad.
Una polémica alimentada artificialmente porque, por ahora, nadie ha podido acreditar que el gobierno de Aliança Catalana haya incumplido ninguna ley, ya que simplemente están agotando el plazo de tres meses que da la legislación para poder revisar toda la documentación.
¿Hay crispación en Ripoll por culpa de Sílvia Orriols?
Tras el desembarco de medios como El Periódico, TVE o TV3 para contar el malestar generado por Sílvia Orriols, en E-Notícies decidimos desplazarnos a Ripoll para comprobar si hay algún rastro de esta supuesta “crispación, tensión y rabia” que la prensa subvencionada y la oposición lleva días diciendo que hay en la localidad.
Lo primero que asumimos es que la gente está harta, sí. Pero no de Sílvia Orriols, sino de los medios de comunicación. “Otra vez la p*ta prensa”, dice al aire un trabajador de la hostelería. De primeras, nadie quiere hablar con nosotros. “Nadie lo hará”, nos dice la primera persona que accede a atendernos, que, por cierto, nos afirma que “yo no voto”. Nos asegura que muchos piensan lo mismo sobre la alcaldesa, pero que no nos lo dirán delante de una cámara. Eso sí, “los moros sí que hablarán”, dice.
Poco a poco, finalmente nos topamos con ripolleses que sí que están dispuestos a hablar. En el vídeo que complementa este reportaje podéis ver qué opinan al respecto. Y, sin censurar a nadie y dando voz a todos los querían dar su opinión, nos cuesta encontrar a algún ciudadano que nos critique a Sílvia Orriols.
REPORTAJE: Hablamos con vecinos de Ripoll sobre las reciente polémicas de Sílvia Ripoll (SUB. ESP)
“Lo está haciendo bien”, “yo la veo bien, ella está haciendo su trabajo”, “yo le doy la razón, dice las cosas a la cara aunque hagan daño”, “si hubiera que ir a votar de nuevo, la votaría. Toda la gente con la que hablo está contenta con ella”, nos confiesan varios habitantes de Ripoll. Otros tres, no tan favorables a Orriols, nos dicen igualmente que “no lo hace mal, pero le falta algo”, que “tiene razón en algunas cosas que dice, pero es extremista y tiene un discurso populista” o que "no puede estar contra la inmigración en un mundo globalizado".
Respecto a la crispación, rabia o tensión que supuestamente se ha instalado en las calles de Ripoll, hay unanimidad. “No”, dicen todos. El relato alarmista de la oposición y de la prensa subvencionada se desmorona a medida que vamos hablando con varios ripolleses.
Entonces, ¿por qué se está generando tanto revuelo Ripoll por el caso de los empadronamientos? Los testimonios que encontramos lo ven claro. “Lo están generando los partidos políticos que van contra ella”, “esto es un rollo que se han montado”, nos dicen. “Si una persona viene aquí a trabajar, muy bien, pero que vengan todos y los acojamos a todos, pues no”, añade uno. Otro nos comenta por qué cree que se trata de una polémica alimentada artificialmente: “Hicieron una manifestación, eran cuatro gatos. Yo estuve y había gente de fuera. Gente de Ripoll eran pocos”.
Con Carles, el cámara con el que hicimos el reportaje, nos sorprendemos de la situación que nos encontramos. Sílvia Orriols ganó las elecciones con más del 30% de los votos. Sin embargo, obtuvo 1400 votos y en Ripoll viven 10 800 personas. Estadísticamente, la posibilidad de encontrarnos partidarios suyos en las calles era relativamente baja, pero no fue así. La realidad que vimos está muy alejada de la que nos han querido vender los altavoces mediáticos catalanes afines al sistema.
La sensación es que la oposición aún puede dar gracias de que no haya elecciones municipales en breve. Porque, por lo que vimos, Aliança Catalana arrasaría aún más de lo que ya hizo en mayo de 2023. Y quizás sea esta una de las explicaciones a la campaña orquestada contra Sílvia Orriols que hemos visto en los últimos días. Sobretodo por el futuro salto al Parlament que ya prepara su partido para las elecciones de 2025.
'La gente no es racista ni está en contra de los inmigrantes, la gente está cabreada con el sistema'
Finalmente, también hablamos con un señor que lleva muchos años viviendo en Ripoll. Nos comenta que sus hijos iban al colegio con los terroristas del 17A. “Estudiaban en el colegio público, trabajaban en empresas de aquí, no estaban marginados”, dice. Algo que explica que los sucesos de 2017 “nos afectó a todos”.
Sobre el fenómeno Orriols y la polémica de los empadronamientos, su opinión es clara. “Yo he sido de izquierdas toda la vida y estoy a favor que cobren subvenciones si las tienen que cobrar, pero tiene que haber sentido común. Usted rece lo que quiera, pero las niñas tienen que ir al colegio hasta los 16 años”, pone de ejemplo.
“Todo esto es culpa nuestra. No puede ser que en una casa haya 15 empadronados. Esto se tiene que controlar. La gente no es idiota y está harta, hay cosas que no se pueden aceptar. La gente ni es racista ni está en contra de los inmigrantes, la gente está cabreada con el sistema”, comenta.
Él y otro ciudadano nos relatan varios casos de fraude. Al ser una ciudad pequeña, todo el mundo se conoce. Saben de casos de inmigrantes que llegan, se empadronan y se van a trabajar a Francia (que está a apenas una hora) mientras reciben ayudas de aquí. Para después, dicen, hacer lo mismo a la inversa y acabar cobrando ayudas de aquí y de allí.
Estos testimonios evidencian los motivos que han llevado a mucha gente a apoyar a Sílvia Orriols y sus políticas estrictas con el empadronamiento. Y también dejan claro que, la realidad que se vive en Ripoll es muy diferente a la que han querido mostrar casi todos los medios en los últimos días.
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