Primer plano de Jordi Galves, sonriendo, con barba y mirando a cámera
POLÍTICA

Un escritor indepe se cambia el apellido 'porque soy un charnego agradecido'

Habitual del nacionalismo digital, este ‘escritor, ensayista, filólogo y profesor universitario catalán’ explica el origen de su apellido

Jordi Galves, que no Gálvez, es un escritor y opinador del ecosistema ‘indepe’ en redes sociales. De tanto en tanto, consigue algún viral manifestando sus posturas netamente nacionalistas. En el último, explica por qué firma como “Galves” y cómo esto tiene un efecto mundial positivo.

Enfant terrible: X y YouTube

A tenor de su perfil de Wikipedia, que sospechosamente solo existe en catalán, Jordi Galves puede ser considerado como un polímata. “Escritor, ensayista, filólogo, profesor universitario”, y, lo que es más, “enfant terrible de las letras catalanas”. El ejercicio de sus letras se ha desplegado fundamentalmente en prensa procesista.

Entre una cosa y otra, se ha quedado con su perfil de X, un canal de YouTube y la reivindicación de que es una figura molesta. Su ideario es, en fin, el de un nacionalismo de alta intensidad. Monolingüismo, reivindicación de la unidad cultural de Cataluña y cosas por el estilo.

Su texto ‘Cornellà no es como Cataluña’ - que le valió una denuncia desestimada de Inés Arrimadas - es una buena muestra al respecto. Sea como fuere, después de su momento álgido durante el procés, parece que ahora va por libre. Como tantos otros, ha pasado de procesista a independentista.

Suma cero de fanfarrones

La semana pasada consideró oportuno aclarar a sus seguidores el motivo por el cual firma como “Galves” y no “Gálvez”. Entre otras nacionalistas razones, la fundamental es que “es un charnego agradecido”:

Esta adaptación de su apellido al catalán, explica, “exhibe la voluntad inequívoca de ser catalán por encima de cualquier otra cosa”. Y, efectivamente, adaptar “Gálvez” a “Galves” puede considerarse un ejemplo de voluntad inequívoca de ser catalán por encima de cualquier cosa.

Finalmente, Galves le da una dimensión ecuménica a su actitud. Señala que “el mundo sería mejor con más catalanes y menos fanfarrones españoles”. En el caso de existir fanfarrones catalanes, el total de fanfarrones en circulación no habría variado.

➡️ Política

Más noticias: