Montaje fotográfico con el palacio de la Generalitat de fondo y Pere Aragonès y Laura Vilagrà en primer plano
POLÍTICA

Vilagrà, la nueva vicepresidenta de Aragonès: toda una vida en política

La mano derecha del ‘president’, ascendida de rango esta semana, se acerca al cuarto de siglo de carrera en varias instituciones


Si Pere Aragonès cumple con su palabra, dentro de exactamente un año, Cataluña se encontrará en plena campaña electoral. El ‘president’ lo ha dejado claro esta misma semana: piensa agotar la legislatura y ni se plantea un adelanto electoral. Todo ello, pese a que el acuerdo para aprobar los presupuestos del ejercicio 2024 no ha avanzado.

En las últimas semanas se ha encallado una negociación que parecía encarada a un pacto con PSC y En Comú Podem. Sin embargo, y pese a los escollos, Aragonès quiso mostrar firmeza el pasado martes, cuando compareció precisamente para dar una imagen de estabilidad. Pese a contar con el único apoyo de 33 diputados en el Parlament, el líder del ejecutivo asegura que va a llevar la legislatura hasta el final.

Para ello, anunció cambios en la estructura de su círculo más inmediato. Unos movimientos de cara a la galería: los nuevos cargos ya ejercían, de facto, la mayoría de sus ‘nuevas’ funciones. El nombramiento más destacado tiene nombre y apellidos: los de Laura Vilagrà i Pons.

La titular de la cartera de Presidencia y mano derecha de Pere Aragonès desde el primer día del mandato era nombrada vicepresidenta del Govern. Vilagrà ya era la número 2 del ejecutivo —la vicepresidencia se encontraba vacante— y logra ahora un galón que, en el día a día, ya ejercía. Tras Joana Ortega y Neus Munté, es la tercera mujer en ocupar un cargo que ya habían ostentado otros miembros de ERC como Carod-Rovira, Junqueras o el propio Aragonès.

Imagen de Pere Aragonès y Laura Vilagrà en el Parlamento de Cataluña

Laura Vilagrà, una vicepresidenta que ya lo era

Laura Vilagrà habrá tenido rango de vicepresidenta del Govern en el último año de legislatura, pero desde el primer día ha jugado este papel. En el primer tramo de mandato, con Junts dentro del ejecutivo, fue Jordi Puigneró —hombre de confianza, en aquel momento, de Carles Puigdemont— quien ocupó el número 2 del Govern. Pese a ello, su relación con Aragonès fue siempre más competitiva que colaborativa.

Con la salida de Junts en octubre de 2022, se daba por hecho que Vilagrà ocuparía la vicepresidencia. Aragonès sorprendió dejándola vacante y manteniéndola como consejera rasa, aunque ocupando la segunda plaza en rango del Govern. Tanto en la primera como en la segunda etapa como consejera de Presidencia, Vilagrà se vio siempre obligada a tocar muchas teclas.

Relaciones institucionales, medios de comunicación, asuntos religiosos, la secretaría general del deporte, función pública o el Gabinete Jurídico del Govern. Todas ellas son áreas que cuelgan directamente de Vilagrà, que a su vez ha colaborado de forma estrecha con Pere Aragonès, hasta convertirse en su figura de máxima confianza.

Es por ello que, además de esta delegación de competencias tan heterogénea, el ‘president’ ha confiado a Vilagrà otros asuntos candentes. Las negociaciones presupuestarias con otras formaciones políticas o los contactos con el Gobierno de Pedro Sánchez han sido asuntos liderados por la flamante vicepresidenta. Una amplia cartera de temas cuya gestión no ha sido siempre exitosa: Vilagrà acumula también manchas importantes en su currículo gubernamental.

Los Juegos de Invierno y las oposiciones, las piedras en el zapato de Vilagrà

Dos de las polémicas más destacadas con las que ha tenido que lidiar el Govern eran fruto directo de la gestión de Laura Vilagrà. Son sus dos grandes factores de desgaste, los dos temas donde patinó de forma más notoria.

Imagen de Laura Vilagrà de ERC subiendo las escaleras del palacio de la Generalitat

Vilagrà fue el rostro más visible de la candidatura de los Juegos Olímpicos de Invierno para el 2030, impulsada por el Govern de ERC y JxCat. Se pretendía que el evento se celebrase en Barcelona y el Pirineo, pero fueron varias las entidades sociales y ecologistas las que se opusieron al proyecto de forma rotunda. Argumentos de índole ambiental y climática pesaron sobre una candidatura que Vilagrà y el Govern defendieron, pero cada vez con menos intensidad.

Finalmente, el proyecto acabó fracasando y el pasado otoño la propia Vilagrà tuvo que tragarse el sapo de descartar la candidatura que ella misma defendió. Todo ello, no sin haber gastado más de 300.000 euros públicos en su promoción, una cantidad que no ha servido para absolutamente nada.

Tan notoria como esta polémica fue el caos en las oposiciones de estabilización de plazas públicas de la Generalitat. A finales de abril de 2023, la administración autonómica convocó unos exámenes que fueron un auténtico caos y que debieron volver a repetirse unas semanas más tarde. Falta de organización, aulas donde faltaban los exámenes o escasos métodos de vigilancia a los aspirantes generaron uno de los grandes embrollos para el actual Govern.

Vilagrà, como consejera competente en el ámbito de la función pública, tuvo que lidiar con la crisis. Cesó a lugartenientes y repitió las pruebas, pero ello no evitó semanas de críticas muy duras por parte de la oposición y de los sindicatos. La consejera estuvo en el ojo del huracán e incluso llegó a especularse con una posible destitución que Aragonès ni se planteó.

Vilagrà, toda una vida en política: de las JERC con Aragonès a doce años como alcaldesa

Y es que Laura Vilagrà encarna en el Govern un perfil de gestión que Aragonès busca, precisamente, reforzar en este tramo final de legislatura. De ahí, justamente, el ascenso a la vicepresidencia de esta misma semana. Pese a que su gestión no ha sido precisamente espléndida —ya hemos repasado dos de sus principales fracasos—, Vilagrà tiene experiencia y eso le da la cintura que el Govern necesita como el aire que respira.

Este 2024, Laura Vilagrà cumple 25 años dedicados a la política. Más de media vida para una consejera que cumplirá 48 el próximo verano. Nacida en el seno de una familia típicamente convergente del municipio de Santpedor, en la comarca del Bages, Vilagrà se afilió a las Juventudes de ERC (JERC) recién cumplida la veintena.

Plano corto de Laura Vilagrà, consejera de la Presidencia de la Generalitat, durante un acto de campaña de ERC

Por aquel entonces, estudiaba Ciencias Políticas y en las JERC conoció a un Pere Aragonès seis años más joven que ella. Uriel Bertran, Ferran Civit, Laia Cañigueral o Josep Carrapiço son otros dirigentes republicanos —algunos ya fuera del partido o de la política— con los que coincidió y forjó amistad. Vilagrà empezó entonces a trabajar como liberada de ERC en la comarca del Bages.

En paralelo, Vilagrà fue concejala en la oposición del Ayuntamiento de Santpedor con solo 23 años, en 1999; cuando fue nombrada también consejera comarcal. Cuatro años más tarde, con 27, fue elegida alcaldesa y fue la más joven de Cataluña en el cargo. Laura Vilagrà fue alcaldesa de su municipio durante doce años, hasta que en 2015 decidió no presentarse más “porque eternizar liderazgos no es bueno”.

Entre 2006 y 2011 fue también diputada en el Parlament. En la última etapa como alcaldesa obtuvo un máster en Dirección Pública en ESADE y, en 2015, su ciclo político parecía haber terminado. Pero ERC la llamó a filas y Vilagrà no supo decir que no a seguir en su oficio de toda la vida: la política.

Fue delegada del Govern en la Catalunya Central hasta que fue destituida por el artículo 155. Tras ello, obtuvo su único trabajo fuera de la política: fue nombrada gerente de la Fundació Tutelar Santa Maria de Comabella, dedicada a las personas con discapacidad intelectual. Una experiencia breve, porque en 2019 accedió a la gerencia del Consejo Comarcal del Bages.

Su nombramiento fue polémico, ya que el PSC y la CUP, en la oposición del ente, criticaron el proceso por falta de transparencia y consideraron que estaba “preseleccionada”. Ya en 2020, Oriol Junqueras la seleccionó como número 2 de Pere Aragonès y Vilagrà volvió a la arena política como dirigente del Govern.

Tras un cuarto de siglo dedicada de forma prácticamente íntegra a la política, Vilagrà ha alcanzado esta semana la cúspide de su carrera. ¿Qué le deparará el futuro? ¿Prolongará aún más su dedicación pública? ¿Podría relevar a largo plazo a Pere Aragonès? El tiempo resolverá incógnitas.

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