Dos hombres en traje conversan en un entorno formal con personas al fondo.
POLÍTICA

La sociovergencia, el as debajo de la manga que se guarda Salvador Illa

El PSC se acerca a Junts ante el temor de que sus socios de gobierno le acaben fallando

La primera sesión de control al Govern con Salvador Illa como presidente de la Generalitat, este miércoles, ha servido para calibrar la relación entre el PSC y Junts. Como era de esperar, el líder del grupo parlamentario de Junts, Albert Batet, ha querido mostrar un tono duro hacia Illa. Pero el presidente del gobierno catalán ha respondido con un tono conciliador, tendiendo la mano “con predisposición a llegar a acuerdos”.

Albert Batet acusó a Illa de preocuparse más de ir con Pedro Sánchez y el Rey Felipe VI que de los problemas de los catalanes, y de pactar con la derecha. Illa le ha recordado a Batet los rumores sobre el acercamiento entre Junts y el PP en Madrid. A continuación ha detallado las iniciativas que está llevando a cabo su gobierno, y ha tendido la mano a Junts para “ayudar a que el país avance”.

Primer plano de Albert Batet durante una intervención en el Parlament de Cataluña

En la rueda de prensa posterior, la portavoz del grupo socialista Elena Díaz ha mandado un recado a Junts: “Alinearse siempre con la derecha y la ultraderecha no es el camino para mejorar la vida de los catalanes”. El PSC quiere marcar así el terreno ante la tentación de Puigdemont de hacer la pinza con el PP para cargarse a Sánchez y así fastidiar a Illa.

Pero hay una razón más de fondo que explicaría este tono paternalista y conciliador del PSC hacia Junts. Salvador Illa es consciente de su fragilidad parlamentaria, ya que pese a la debilidad de la oposición, está gobernando en un ejecutivo con absoluta minoría de 42 diputados. Y aunque el Govern Illa ha empezado con buen pie, en el PSC son conscientes de las amenazas que pueden hacerle tambalear.

Preocupados por la crisis en ERC

La principal amenaza que se cierne ahora mismo sobre el gobierno de Salvador Illa es la crisis interna de su principal socio, ERC. La buena noticia para el PSC es que las dos candidaturas oficialistas que tienen las de ganar en el congreso nacional del 30 de noviembre avalan el acuerdo de gobierno. La mala noticia es que si ninguna candidatura saca más del 50% tendrán que ir a una segunda vuelta, donde los sectores críticos podrían imponer la revisión de los acuerdos con el PSC.

¿Podría la nueva cúpula de ERC que salga el congreso revertir el acuerdo de gobierno de los republicanos con los socialistas? Por ahora parece poco probable, pero Esquerra es ahora mismo una bomba de relojería donde no puede descartarse nada. Esto añade inquietud e inestabilidad en el ejecutivo de Salvador Illa, que empieza a explorar otras alianzas para evitar disgustos como el que sufrió Pere Aragonès en marzo y que le acabó costando el gobierno.

En la sesión de control de este miércoles, Salvador Illa ha reafirmado su compromiso con la financiación singular de Cataluña y ha prometido multiplicar por cuatro los recursos para la Agencia Tributaria Catalana. El objetivo es crear un espacio suficientemente amplio en su gobierno donde Junts pueda sentirse cómodo, y ampliar así las posibles alianzas. Si ERC implosiona definitivamente, necesitarán aliados alternativos.   

El PSC no descarta alianzas con Junts

El acuerdo progresista de investidura con ERC y Comuns parecía alejar al PSC de Junts, pero los socialistas no cierran la puerta a un futuro entendimiento. Si bien es verdad que la tensión entre Illa y Puigdemont ha ido alejando a ambas formaciones, hay otros factores que invitan a pensar en una alianza de conveniencia. La rivalidad entre ERC y Junts, por ejemplo, o la necesidad del PSC si pierde el apoyo de los republicanos.

Illa sabe que Junts quiere recuperar la posición preferente que ganó con la investidura de Pedro Sánchez pero perdió en favor de ERC con la investidura de Salvador Illa. En el horizonte inmediato está la cumbre en Suiza con los equipos negociadores de PSOE y Junts, donde Puigdemont quiere aprovechar la debilidad de Sánchez para sacarle nuevas concesiones. Algo que puede acabar allanando el camino para un acercamiento del PSC a Junts, ofreciéndoles una posición privilegiada para seguir siendo influyentes en Cataluña.

Por otro lado, aunque en la cuestión nacional ambas formaciones siguen en las antípodas, en cambio no están tan lejos en el modelo social. En Barcelona ya demostraron compartir un mismo sentido del orden que en cambio dista mucho del que defienden Esquerra y los Comunes. Los presupuestos de 2025 serán la primera oportunidad para que el PSC empiece a cortejar a Junts y sumarles al proyecto de gobierno si las cosas se ponen feas con ERC o los Comunes.

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