Montaje fotográfico con Oriol Junqueras y Carles Puigdemont de fondo y Pere Aragonès y Laura Aragonès en primer plano
POLÍTICA

El procesismo se juega nuevas elecciones tras el 23J

El resultado de este domingo marcará el calendario del ciclo electoral catalán

Solo faltan seis días para que España vuelva a las urnas. El próximo domingo 23 de julio nos toca decidir la composición del Congreso y el Senado y, por extensión, quién será el nuevo presidente del Gobierno de España. Se trata de una etapa más tras los comicios municipales de mayo y podrían no ser las últimas elecciones a corto plazo. Porque lo que pase este domingo en Cataluña marcará -y mucho- la estrategia electoral en nuestra comunidad.

A nadie se le escapa que hay varias elecciones dentro de las generales del día 23. La guerra es entre Sánchez y Feijóo, entre el bloque de izquierdas y partidos nacionalistas y los partidos de derecha. Pero hay otras batallas importantes. En Cataluña los partidos procesistas se juegan mucho más de lo que parece a simple vista.

Si se confirma la victoria holgada de Feijóo, Junts y ERC pasarán a ser meras comparsas en el Congreso. No tendrán influencia alguna, de modo que nada de lo que pase en Madrid tendrá efectos secundarios en Cataluña. Ahora mismo el PSC y Salvador Illa mantienen el Govern de Aragonès a cambio del apoyo de Rufián en el Congreso. Pero esto se acabará presuntamente a partir del lunes.

Pere Aragonès con rostro muy serio sentado en su silla del Parlamento de Cataluña

Sin los apoyos socialistas, ERC será aún más débil en el Parlament de Cataluña. Si además este domingo Junts queda por delante de Esquerra, la posición de Pere Aragonès queda tan debilitada que no tendrá más remedio que convocar elecciones antes de finalizar el año. Solo si Gabriel Rufián logra superar a Míriam Nogueras con relativa facilidad (10 escaños a 8, por ejemplo), estaríamos quizás delante de otro escenario. Si fuera así, no debemos descartar la entrada de Junts en el Govern, en una especie de trinchera procesista.

Terminado oficiosamente el Procés, Junts y ERC no saben demasiado qué hacer ni hacia dónde ir. Si además el PP y Vox gobiernan en España y el PSC gana las generales en Cataluña -lo más plausible- su posición queda muy tocada. Un Govern procesista con los dos y quizás la CUP, les permitiría seguir pagando a su entorno y refugiarse a partir de los cargos públicos. La excusa de "plantar cara a la derecha" les viene como anillo al dedo para mantener la Generalitat hasta 2025.

Ahora bien, ERC y Junts no se soportan y ya ni se esconden. Solo que Míriam Nogueras supere por un voto a Rufián, las bases de Junts exigirán a los suyos plantar batalla e ir a elecciones al Parlament. Todo puede suceder con los partidos procesistas y el resultado de este domingo marcará su futuro a corto plazo. El ciclo electoral quizás aún no ha acabado para los catalanes.

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