Primeras bajas en Junts tras asumir Puigdemont la presidencia del partido
La vieja guardia convergente ha liquidado al sector borrasista en el congreso nacional de este fin de semana
El congreso nacional de Junts este fin de semana ha culminado la recentralización del partido, con el encumbramiento de los convergentes y la liquidación definitiva del sector borrasista. Finaliza así la etapa iniciada en el congreso de Argelers de junio de 2022, cuando se oficializaron tres corrientes ideológicas y dos poderes: la secretaría general, ostentada por Jordi Turull, y la presidencia de Laura Borràs.
En aquel momento, Carles Puigdemont pensó que era una buena idea dar alas a un sector independentista radical procedente sobre todo de la sociedad civil. Y que podía llegar a ser compatible con el sector de la vieja guardia convergente, más posibilista en lo estratégico y conservador en lo social. Pero la ruptura con ERC en el Govern, en octubre de 2022, evidenció una tensión que lejos de desaparecer ha ido a más.
La caída en desgracia de Laura Borràs tras su imputación por corrupción, la deriva electoral del partido y las negociaciones con el PSOE convencieron a Puigdemont de la necesidad de recentralizar el partido. Eso pasaba sobre todo por liquidar al sector borrasista. Pero al mismo tiempo, la competencia con Aliança Catalana postergó la purga por el miedo a perder definitivamente el apoyo de las bases independentistas más radicalizadas.
Primeras bajas en el partido
Puigdemont ha ido marcando los pasos para una transición gradual que culminó este fin de semana con la desaparición de los borrasistas de la ejecutiva nacional. Para atenuar el golpe, Puigdemont ha recolocado a Borràs en la fundación del partido y ha incorporado a Demòcrates y a Antoni Castellà en la ejecutiva. Su mensaje ha sido diàfano: Junts necesita seguir abriéndose para incorporar cuantos más sectores mejor en un gran proyecto independentista.
Sin embargo, Puigdemont no ha podido evitar que tras el desplazamiento de los borrasistas hayan empezado a anunciarse las primeras bajas. Un ejemplo es el de Jordi Muñoz, militante de Junts que hoy ha anunciado en su perfil de Twitter su decisión de darse de baja. “He dicho a lo largo de estos años que solo me mantenía en Junts para apoyar a la MHP Laura Borràs, pero tras lo acontecido en el último congreso, ya no es necesario que siga”.
Este militante cuestiona además el mensaje de "unidad y cohesión" lanzado por Puigdemont y Turull tras el congreso. "Unidos los de siempre para los de siempre, cohesión la que tienen todos contra la presidenta", ha expresado. Y ha cuestionado la votación, porque "no se podía votar no y los que no estaban de acuerdo se han tenido que abstener".
Otro proyecto a la deriva
Es un ejemplo que evidencia las dificultades que tendrá Puigdemont para evitar nuevas fugas en pleno declive del partido y con Aliança Catalana acechando. De hecho, Puigdemont ya sabe como va esto porque en su momento también vio una avalancha de bajas en el Consell de la República. Fue precisamente después de que él y Toni Comín dieran un golpe para liquidar la democracia interna y hacer con el control absoluto del organismo.
Puigdemont intenta vender el resultado de este congreso (90% de apoyo a su lista, la única que se presentaba) como un aval unánime a su figura. Pero ya empiezan a salir las primeras voces disidentes que acusan a Puigdemont y a la cúpula convergente de autoritarios.
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