Preocupación por la inseguridad latente en una ciudad de Cataluña: la cosa va a peor
Fin de semana ajetreado en Lérida tras la polémica junta de seguridad local
Lérida, una de las ciudades más grandes de Cataluña, lleva tiempo sumida en una grave situación de inseguridad, con la violencia y el incivismo desatados. Especialmente en algunos barrios marginales donde se ha acelerado mucho el proceso de degradación. Pero también en el centro de la ciudad, escenario de atracos y agresiones que han protagonizado recientemente algunas noticias virales en internet.
Este mismo fin de semana trascendían las imágenes de un altercado en una zona de ocio de la ciudad, donde dos magrebíes acosaron a unas chicas y acabaron recibiendo su merecido. Horas después, una batalla campal entre marroquíes en el centro de Lérida acabó con un herido y varios identificados. Durante la pelea captaron la imagen de uno de los individuos armado con una katana y sembrando el pánico entre los vecinos.
Todo esto hace que entre los vecinos se extienda la pregunta de qué está pasando en Lérida. La sensación de inseguridad contrasta con el triunfalismo del gobierno local. El alcalde socialista Félix Larrosa proclamó recientemente una mejora de la seguridad a raíz del operativo policial especial en barrios conflictivos como La Mariola o La Bordeta, donde tienen lugar buena parte de los delitos más graves.
La policía contradice la Consejería de Interior
Sin ir más lejos, la semana pasada tuvo lugar la Junta Local de Seguridad de Lérida, donde los cuerpos policiales expresaron su preocupación por la situación de la ciudad. En concreto alertaron de un repunte del uso de armas blancas en los altercados, además de un incremento de los hurtos y los robos en el interior de los vehículos. Además, la policía de Lérida lleva tiempo quejándose de la falta de efectivos que, como en otros lugares de Cataluña, pone en riesgo la protección de los ciudadanos.
Pero en la reunión estaba también el consejero de Interior, Joan Ignasi Elena, que volvió a hacer gala de su particular visión de la seguridad en Cataluña.
El consejero valoró que Lérida "está y continuará estando" por debajo de la media delictiva registrada en años anteriores. También ha destacado el aumento del 26% de las detenciones gracias al esfuerzo por aumentar los efectivos policiales.
Uno de los delitos más extendidos en la zona y que más preocupa a los vecinos son los robos en domicilios. El titular del Departamento de Interior sacó pecho por la reducción de un 8% de esto delito respecto al año anterior. Reafirmó su compromiso con seguir aumentando efectivos, y junto al alcalde se compremetieron a la inminente apertura de la segunda comisaría de Mossos, en el barrio de La Bordeta.
Multirreincidencia y otros retos de la seguridad en Lérida
Lérida es una de las capitales de provincia con más inmigración de toda España, y eso plantea un reto añadido al problema de la inseguridad. Con 30.714 extranjeros sobre un total de 142.990 habitantes (datos del Idescat), la ciudad se sitúa en torno al 21% de población migrante.
La avalancha de temporeros y otras personas que buscan trabajo hace que se acumulen los extranjeros que malviven en las calles de la ciudad.
El propio ayuntamiento ha reconocido este problema, pero ha acusado a los pueblos del sur de España de enviar temporeros a Lérida. Recientemente, el Gobierno paralizó a petición de Junts la construcción de otro centro de acogida de inmigrantes en la ciudad. Este es un problema que lleva años poniendo en riesgo la cohesión total del territorio, aunque la izquierda se niega a afrontar el problema y sigue acusando de racismo a quien lo plantea.
Otro de los problemas a los que se enfrenta Lérida, como el resto de Cataluña, es el de la multirreincidencia. El mismo alcalde reconoció hace poco que esto dificulta la labor de la policía porque los delincuentes salen a la calle una vez que son detenidos.
Al final, con sus propios problemas internos, Lérida no deja de ser un reflejo de la grave crisis de inseguridad que está padeciendo Cataluña.
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