Por qué los medios catalanes solo hablan de vivienda y de Israel
La izquierda tiene 29 de 135 diputados en el Parlament, pero sigue marcando el relato mediático
Esta semana, en una sola mañana el portavoz del Sindicato de Inquilinas de Cataluña visitó el plató de TV3 y Catalunya Ràdio. El tour coincide con la sobreexplotación mediática del tema de la vivienda que se está viendo estos días en la prensa pública y subvencionada en Cataluña. El otro tema omnipresente es la política internacional, que se reparte entre el interés por Oriente Medio -en contra de Israel- ylas elecciones norteamericanas -en contra de Donald Trump.
¿A qué obedece este interés repentino por la vivienda y la política internacional? Por una parte, es innegable que se trata de temas de rabiosa actualidad. La vivienda por los trámites en el Congreso de los Diputados y las manifestaciones en la calle contra el Gobierno. La política internacional por el enquistamiento de la guerra en Gaza y el Líbano, y unas elecciones norteamericanas que pueden cambiar el rumbo de la geopolítica.
Por otra parte, es evidente que la izquierda woke sigue marcando la agenda mediática en Catalunya. Y que la vivienda y la guerra en Gaza permiten imponer su relato ahora que el contexto les es desfavorable, y ocultar otros temas más incómodos como la crisis migratoria y la inseguridad.
De esta forma, se da la paradoja de que los partidos que tienen solo 29 diputados -si sumamos ERC, CUP y Comuns- controlan el relato mediático en Cataluña. Todo, gracias a los medios públicos y subvencionados que siguen al servicio de estos partidos.
Sesgo ideológico en los principales medios
Estos medios, que consiguen un mayor eco gracias a las generosas subvenciones o al presupuesto que reciben de la Generalitat, suelen tener un claro sesgo ideológico. No se trata solo de sobrerrepresentar unos temas para ocultar otros, sino también de dar voz a una parte del conflicto para imponer un relato. Esto se ve muy claramente con el tema de la vivienda, dando voz a plataformas como el Sindicato de Inquilinas y entidades sociales vinculadas al mundo de la CUP y los Comuns. También con Israel, dando voz a periodistas y expertos propalestinos, y silenciando o minimizando discursos del otro bando.
Temas que también son de rabiosa actualidad como la crisis migratoria o la inseguridad quedan en cambio en un segundo plano. Y cuando son tratados, ponen el acento en la “extrema derecha”, el “racismo” y los “discursos de odio”.
El entramado mediático en Cataluña contraviene los principios de pluralidad informativa, básica para el buen funcionamiento de una sociedad democrática. Esto alcanza su máxima expresión con la información, donde directamente se censura o demoniza a algunos partidos políticos que molestan al poder o suponen una amenaza para su supervivencia.
La izquierda ha perdido el relato
El reverso de esta situación son las redes sociales, que la izquierda demoniza porque no las puede controlar. Plataformas como X se han convertido en un espacio donde denunciar la censura informativa de los medios catalanes y mostrar la pluralidad de opiniones en temas que ya no son tabú.
Si las redes sociales permiten tomar el pulso de la sociedad con más fidelidad que los medios a sueldo del poder, entonces está claro que la izquierda ha perdido el relato. Lo cual explica a su vez porque siguen imponiendo su relato en los medios públicos y subvencionados, hablando de unos temas y no de otros, y siempre con una misma línea editorial.
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