Podemos redobla la presión: nueva amenaza a Pedro Sánchez
Podemos empieza con su estrategia de subir la apuesta al máximo para marcar perfil propio frente a Sumar
Para evitar el que parece su destino inmediato - desaparecer -, Podemos ha tomado la estrategia de ir a la contra. Su problema es evidente: necesitan visibilidad y que se hable de ellos aunque sea mal. Su apuesta, entonces, pasa ahora por lastrar aquello que da margen de maniobra a un gobierno: los presupuestos.
Podemos y su órdago
Podemos sobrevivirá si el PSOE y Sumar se creen de verdad sus amenazas kamikazes. Sobre planos, sí, la lógica es impoluta: cada voto es necesario para aprobar cualquier cosa, ergo, Podemos es necesario. A partir de aquí, conseguiremos que el gobierno negocie con nosotros de tú a tú, deducen desde Galapagar.
Esto, efectivamente, es un silogismo, pero de colores que diría sor Juana. Porque, en realidad, es una apuesta que llevada a la práctica bloquearía el gobierno y, a larga, forzaría elecciones. Al margen de que Podemos se queda sin dinero y económicamente depende de Sumar, que es quién tiene el grupo parlamentario.
Y que todo esto son amenazas para ganar visibilidad tiene un precedente: la investidura. Cualquiera que haya estado atento a la decapitación por fascículos de Podemos sabrá que estos días les han acusado de hipócritas. Concretamente, de poner el grito en el cielo contra el gobierno al mismo tiempo que lo investían con sus cinco votos.
No me temblará el pulso, digo mientras me agarro la mano
Como es evidente, esta estrategia solo funciona si la amenaza la haces con seguridad. Por eso, primero, sueltan la bomba de que ya verán si votan los presupuesto. Y, después, a preguntas de si estarán en el mismo bando que PP y VOX, dicen ‘no lo descartamos’.
Traído al mundo sublunar, todo esto tiene una traducción muy concreta. Consistirá en enredar las negociaciones de cualquier ley. Y, así, legitimar, adelantándose, el posible hecho consumado de que les echen del grupo parlamentario.
Después, claro, está la correspondiente acusación de que Sumar no tiene pedigrí de izquierdas. Hablan de que es una ‘izquierda servil’ y ‘cómoda para el PSOE’. Ellos, en cambio, se reivindican como la ‘izquierda transformadora’: de aquí que digan que ‘es tan importante cuidar la autonomía política de Podemos’.
A este panorama, Sumar puede reaccionar de dos formas. Pueden ver hasta dónde llega Podemos mientras les enseñan las encuestas de que pasaría si ahora hubiera elecciones. O pueden hacerles un jardín de diseño junto al PSOE para ir desactivándolos poco a poco y, cuando toque, darles el tiro de gracia.
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