Pere Aragonès le gana la partida a Oriol Junqueras
El president de la Generalitat se erige como portavoz de la negociación de ERC con Pedro Sánchez
ERC busca a la desesperada el modo de contrarrestar el efecto Puigdemont. Las negociaciones con Pedro Sánchez han puesto al líder de Junts en el foco mediático, mientras que todo el mundo ya da por sentados los votos de Esquerra. Los republicanos, aliados del PSOE desde 2018 no acaban de encontrar el modo de marcar perfil propio, justo en el momento más frágil de la formación.
Y es que ERC libra ahora mismo dos batallas. Una interna, para marcar una nueva hoja de ruta y un relato que sea convincente para su electorado, y otra externa, por la hegemonía procesista. Las dos parecían ganadas, etapas pasadas que han vuelto por la debilidad mostrada en las dos últimas elecciones.
El liderazgo de Oriol Junqueras era algo incuestionable, fuera de ninguna duda. Su apuesta por el pragmatismo, pero, no ha dado resultados y ERC pasó a ser la tercera fuerza en las generales, perdiendo la mitad de su representación. Cada vez más voces piden un relevo en la dirección del partido, que no sabe hacia dónde ir pese a dirigir en solitario la Generalitat.
Es en este panorama que Pere Aragonès y su entorno más cercano han querido aprovechar el momento y coger las riendas. Marta Rovira ha pasado a un segundo plano y Oriol Junqueras intenta marcar perfil sin conseguirlo. Amortizado Gabriel Rufián, es el president de la Generalitat el que quiere ser la cara visible de las negociaciones con el PSOE. Es algo extraño: los pactos se han entre partidos y no entre gobiernos, pero ahora mismo dentro de Esquerra es lo mismo.
Pere Aragonès ya quiso abanderar la negociación en el pleno de política general del Parlament. Pidió ser el portavoz indepe, algo que enfadó a Junts, para acordar con Sánchez la amnistía y abrir la caja del referéndum. La confusión entre partido e institución ya le va bien a Aragonès: intenta alejar a Junqueras de las decisiones importantes y plantar cara a Puigdemont.
Parece claro que ganará la batalla interna. Oriol Junqueras no se puede presentar hasta 2031 y no hay ahora mismo nadie que le puede hacer sombra dentro de su propio partido. Su popularidad sigue siendo baja, su obra de Govern no llega a la ciudadanía y la mesa de diálogo sigue sin funcionar. Pero Pere Aragonès será el candidato de Esquerra al Parlament. Eso seguro.
El problema es de puertas afuera. El PSOE da por contados los votos republicanos y no es demasiado plausible pensar que será ERC quien forzará nuevas generales. Los socialistas se centran en convencer a Puigdemont y no hacen demasiado caso a las proclamas de Aragonès.
Hoy mismo el president ha vuelto a hablar de un referéndum, abriendo la puerta a que haya varias respuestas posibles más allá de la independencia. Sigue siendo una propuesta inasumible por el PSOE, pero Esquerra sigue marcando la palabra consulta como línea roja para pactar con Sánchez.
Hay un problema añadido para Aragonès: de los votos socialistas depende que pueda ser presidente hasta 2025. ERC quiere sacar pecho, copiar la estrategia de Puigdemont e ir al límite en la negociación. Pero está condenada a entenderse con el PSOE.
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