Irene Montero y Pablo Iglesias con el puño en alto en un acto de campaña
POLÍTICA

Pablo Iglesias quiere salvar a Irene Montero

Denuncia presiones desde Sumar para liquidar a la cúpula de Podemos

El 23 de julio pintan bastos para Podemos. Las últimas encuestas les dan entre 2 y 3 diputados frente a los 36 de Sumar, y la formación morada quedaría como fuerza residual en el Congreso. Ante la temible debacle, el exvicepresidente Pablo Iglesias ha iniciado una operación de rescate desesperada.

Quedan cuatro días para que finalice el plazo de inscripción de las candidaturas y siguen las negociaciones para integrar a Podemos en Sumar. Iglesias, temeroso de que Irene Montero quede relegada, ha redoblado los esfuerzos. Pide unidad a la izquierda y denuncia presiones para apartar a la ministra de Igualdad.

El exvicepresidente del Gobierno ha pedido que el nuevo proyecto de izquierda cuente con el protagonismo de Irene Montero. Podemos ha mostrado su intención de entrar en la coalición. Pero ha advertido de que “los vetos, las exigencias y las exclusiones torpedean la unidad”.

Los señalados

La denuncia de Pablo Iglesias tiene que ver con los supuestos vetos a destacados nombres de Podemos. Desde Sumar, muchas voces consideran que figuras como Irene Montero restan más que aportan. Y alguien tan significado como Santiago Alba Rico ha calificado de “tóxica” a la dirección morada.

Primer plano de la Ministra de Igualdad de Podemos Irene Montero con cara triste

Hay una creencia extendida de que la dirección de Podemos, con tintes sectarios, restará votos a la nueva izquierda. Entre los señalados están Ione Belarra y Pablo Echenique, pero también y sobre todo Irene Montero. Pablo Iglesias ha salido en defensa de su pareja y ha denunciado una campaña contra ella.

Pablo Iglesias lo asume

En una intervención en RAC1, Pablo Iglesias ha asumido que Podemos “ya no es el partido hegemónico del espacio”. Pero ha pedido “generosidad” al resto de formaciones de la coalición. Y ha exigido que se abandone “la voluntad de humillar”.

La prioridad sigue siendo el entendimiento para una coalición en la que podrían entrar hasta una quincena de partidos. Las últimas encuestas dan una mayoría absoluta de la derecha por la mínima. El PSOE se quedaría con un techo de 110 diputados, y la suma con sus socios de Gobierno no le daría para gobernar.

Ante este escenario, la estrategia de la izquierda es clara y pasa por aumentar la movilización de su electorado. Pero en ese intento se ha desatado una lucha interna que puede dejar profundas heridas.

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