El nuevo cómic de Astérix se ríe de los progres: las viñetas polémicas

Astérix es una de las series de cómics más conocidas en todo el mundo. Este otoño ha salido publicado el álbum número 40 de las aventuras de este entrañable personaje. Y el héroe galo y archienemigo de los romanos contaba para este último libro con un nuevo guionista, que no se ha cortado ni un pelo a la hora de tratar ciertos temas polémicos.

El novelista Fabcaro, conocido por su humor absurdo, ha sido el encargado de hacer el guión de esta última aventura de Astérix. Los cómics relacionados con esta resistente aldea gala siempre han sido irreverentes, pero Fabcaro ha ido un paso más allá en este último álbum, titulado ‘El lírio blanco’. Seguro que a más de un progre se le atragantarán algunos de los chistes que contiene.

 

Uno de los chistes que probablemente no gustará a Tània Verge -consellera de Igualdad de la Generalitat- es uno relacionado con la inmigración. En una de las viñetas, aparece un personaje foráneo, algo que no gusta a algunos de los habitantes de la resistente aldea gala. “¡Otro forastero! ¡Nos están invadiendo! ¡Es el efecto llamada, no hay forma de pararlo!”, critica un vecino de Astérix.

Si la falta de control migratorio es uno de los principales temas de actualidad en toda Europa, la subida de impuestos también es una cuestión de especial relevancia. Y aquí el nuevo Astérix también se moja. 

En un momento en el que el responsable del AVG -que vendría a ser el AVE del mundo de Astérix- anuncia que no habrá más viajes por culpa de problemas técnicos, dos personajes comentan lo siguiente: “Qué asco de servicio público, ¡Y con nuestros impuestos!”. Un claro guiño a la realidad que se vive en muchos sitios, en los que los impuestos no paran de subir mientras los servicios públicos no solo no mejoran, sino que empeoran.

Muchas veces, Astérix y Obélix apuestan por solucionar los problemas a tortazo limpio. En una escena, Obélix está agrediendo a un romano y dice “venga, un guantazo y basta”, a lo que el jefe de la aldea le dice que “no”. ¿La respuesta del soldado romano agredido? Pedirle que “¿no ves que no quiere? No quiere decir no”, haciendo así referencia a uno de los lemas más recurrentes del feminismo.

Estos son solo unos ejemplos de que Astérix, a pesar de los más de 60 años de vida, sigue siendo de lo más irreverente. Sin miedo a tocar cuestiones delicadas que, hoy en día, te pueden llevar a la cancelación por parte de una izquierda woke abonada a la censura.