Una nueva agresión en una prisión catalana: tres funcionarios, heridos por un preso
Las agresiones en las cárceles catalanas siguen en aumento y los funcionarios continúan pidiendo medidas de seguridad
Las agresiones en los centros penitenciarios siguen siendo un problema latente. El pasado jueves por la mañana, tres funcionarios del Centro Penitenciario de Ponent fueron atendidos por la mutua después de ser atacados a golpes por un interno del módulo 3.
Al parecer, tal y como confirmaEl Caso, el preso, un hombre de origen árabe, pidió un cambio de celda. Al negárselo, el reo la emprendió a golpes con los funcionarios de este centro penitenciario de Lleida.
Los funcionarios consiguieron reducir al preso tras muchos esfuerzos. Este opuso mucha resistencia, por lo que tuvieron que activar el código 2 de seguridad del centro por alteración regimental no controlada.
De los funcionarios de prisiones que participaron en la reducción de este reo, tres han tenido que recibir atención médica después de que el preso la emprendiese a golpes contra ellos. Los heridos presentaban diversas lesiones y contusiones a causa de la agresión.
Las agresiones en las cárceles catalanas siguen aumentando
Esta agresión no es la única que han sufrido los funcionarios del Centro Penitenciario de Ponent en los últimos días. Sin ir más lejos, el pasado sábado, un interno agredió a un funcionario que se encontraba con él en su celda tras realizar una videollamada.
El preso le dio un puñetazo en la cara al trabajador penitenciario y le provocó diversas lesiones. El resto de funcionarios consiguieron reducir al interno, un hombre marroquí de 25 años, que había sido protagonista de unos altercados el día anterior. Al parecer, el viernes, este preso se había autolesionado y rompió el cristal de una ventana para atacar a los funcionarios los trozos puntiagudos del cristal de la ventana rota.
Y es que tal y como indican muchos de los funcionarios de prisiones, las agresiones de presos a funcionarios van in crescendo. Muchos de ellos, aseguran que las medidas de contención que tienen —principalmente las gomas o porras— son insuficientes. Aseguran que las gomas, en lugar de reducir a los presos, lo único que hacen es hacerles daño e incluso pueden golpearse entre los mismos funcionarios sin querer.
Por ello, los trabajadores de centros penitenciarios, piden, entre otras medidas, la incorporación y utilización de las llamadas pistolas Taser. Los funcionarios de prisiones aseguran que este medio de contención es menos dañino para los presos y mucho más seguro para ellos.
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