'¡No pagaremos!': el grito contra la subida de impuestos municipales
Siguen las protestas contra el aumento de tasas en ciudades catalanas
En los últimos días, miles de personas se echan a las calles para protestar contra los pactos de Pedro Sánchez con ERC y Junts. A las concentraciones en Ferraz se sumaron los múltiples actos que organizó el pasado domingo el Partido Popular en las capitales de provincia. Unos actos que también apoyó Vox.
Pero estas no están siendo las únicas protestas que se están sucediendo estos últimos días. En Cataluña, las movilizaciones contra el aumento drástico de los impuestos municipales también no se paran. Igualada, Tarragona, Torredembarra… Pero quien está liderando estas concentraciones es Reus, la segunda ciudad del área metropolitana de Tarragona.
Este lunes, por cuarta vez, los ciudadanos han salido a la calle para mostrar su rechazo a la subida de tasas que ha aprobado el consistorio liderado por PSC, ERC y el partido municipalista Ara. Los impulsores de las protestas siguen empeñados en hacer oír su voz.
Cada lunes, ciudadanos y comerciantes se citan en la plaza Mercadal, donde hay el ayuntamiento, para protestar contra el aumento generalizado de impuestos. De hecho, Reus ya es la ciudad de más de 50 000 habitantes con las tasas más altas de toda España. Y ahora aprobaron subirlas aún más. Concretamente, un 12,5% el IBI, un 14% la basura, un 54% el servicio de grúa, un 40% los vados y también un 40% el de terrazas, entre otras.
"Los ciudadanos parecemos burros"
Como ya vimos en Tarragona, la falta de un liderazgo claro que vertebre el movimiento ciudadano acaba debilitando las protestas. Esta vez algo más de un centenar de personas salió a decir “¡no pagaremos!” o ‘ladrones’ a los dirigentes políticos. Eso sí, el caldo de cultivo ahí está, pues hace tan solo unos días consiguieron llenar la céntrica plaza del Mercadal, donde hay el ayuntamiento.
Lo que demuestran todas estas manifestaciones, ya sea en Reus, Tarragona o Igualada -y con más o menos capacidad movilizadora-, es que la gente está empezando a hartarse. Más allá de amnistías y pactos de la partitocracia institucional, lo cierto es que cada vez hay más sectores de la población que ven como el coste de vida es cada vez más alto.
Y mientras, los políticos optan por la solución fácil de subir los impuestos para corregir unos desajustes presupuestarios provocados por su gestión ineficaz. Y sí, también por el aumento del precio de los suministros. Un aumento que la población también sufre en sus casas y en sus empresas. Por el momento, los dirigentes políticos municipales se salvan gracias a la falta de organización, pero ya vimos en Ferraz que esto puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos.
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