Primer plano de Pedro Sánchez con cara de preocupación
POLÍTICA

El miedo se apodera del PSOE a 48 horas de decidirse la presidencia del Congreso

Los socialistas y sus socios temen que Junts acabe negándose a apoyar una Mesa progresista

Pedro Sánchez celebraba el pasado 23 de julio que había evitado una mayoría absoluta de PP y Vox. La euforia en Ferraz fue evidente, pero con el paso de los días, los socialistas parecen haberse dado un baño de realidad respecto al panorama político español que ha quedado tras el 23J. Y es que, apenas un mes después de la celebración de los comicios, el PSOE teme sufrir ahora su primer varapalo de la legislatura.

Faltan 48 horas para constituir la nueva legislatura en el Congreso de los Diputados. Será el día en que se decida también quién presidirá las cortes en los próximos 4 años. Y a pesar de apelar a una “mayoría progresista”, el PSOE se está topando con la cruda realidad que le puede alejar de la presidencia de la Mesa del Congreso.

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene en el acto de inicio de la campaña, en el Pabellón de Convenciones de la Casa de Campo de Madrid, a 6 de julio de 2023, en Madrid

Es lo que tiene depender del partido más imprevisible del arco parlamentario. Para poder presidir la cámara baja, el PSOE necesita los votos de Junts per Catalunya. Y estos parece que no están dispuestos a dar su brazo a torcer fácilmente. Varias fuentes cercanas a la negociación entre socialistas y juntaires han asegurado que no está nada claro que se pueda llegar a un acuerdo antes del jueves. Y esto, a efectos prácticos, se traduciría en permitir al PP apoderarse de la presidencia de la Mesa.

El País reconoce que las conversaciones “se han empantanado”. Y The Objective habla claramente de la “inquietud” que está creciendo en el bando socialista ante el posible escenario de que Junts se niegue a apoyar a un candidato del PSOE en la Mesa. El motivo, coinciden los dos medios, serían las exigencias del partido de Carles Puigdemont. Unas exigencias que irían más allá de las que pide ERC (tener grupo parlamentario propio y poder presidir alguna comisión parlamentaria).

Primer plano de Carles Puigdemont enfadado

Según El País, los juntaires quieren gestos de Pedro Sánchez respecto a la amnistía y a la autodeterminación. Algo que, según las mismas fuentes, el PSOE no está dispuesto a conceder, ya que lo consideran “inasumibles”.

Además, Junts per Catalunya está exteriorizando su posición de fuerza en estas negociaciones. Primero, cuando ayer Puigdemont habló abiertamente de “subasta” a la hora de referirse a las conversaciones con el PSOE. Después, cuando Junts anunció una reunión de la cúpula del partido el mismo jueves a las 8, dos horas antes de iniciarse la nueva legislatura. Los procesistas quieren llevar al límite las negociaciones y lo están consiguiendo.

Todas estas situaciones no han hecho más que provocar que crezca el nerviosismo en las filas socialistas. Las negociaciones siguen, aunque Junts haya deslizado en alguna ocasión que, hasta el momento, no ha habido demasiados acercamientos. En cualquier caso, al PSOE se le agota el tiempo para poder convencer a Carles Puigdemont y evitar así la primera derrota de la legislatura. Mientras, el PP y sus 172 apoyos (si contamos a Vox, UPN y Coalición Canaria) esperan un feliz desenlace para sus intereses.

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