Las dudas sobre el nuevo Gobierno de coalición
Pedro Sánchez apunta a la Moncloa con algunas carpetas todavía por cerrar
PSOE y Sumar sellaron esta semana su acuerdo para reeditar el Gobierno de coalición. Ahora falta que se sumen oficialmente el resto de socios parlamentarios. Con el acuerdo en Junts muy cerca de materializarse, no parece que Pedro Sánchez vaya a tener problemas para amarrar el voto de ERC, Bildu, PNV y BNG y, de este modo, poder volver a la Moncloa.
Aunque su investidura está cada vez más cerca, aún hay varias carpetas por cerrar. Son algunas de las dudas que se tienen que resolver en los próximos días, antes de que finalice el plazo (27 de noviembre) que tiene el PSOE para evitar nuevas elecciones.
Qué amnistía habrá
Para ser presidente, Pedro Sánchez ha tenido que “cambiar de opinión” respecto a la amnistía. Aquella amnistía que antes decía que no cabía en la Constitución, ahora será una realidad tras el pacto al que llegará con Junts y ERC. El alcance que tenga esta ley es una de las incógnitas que se deben resolver. Y todo esto, con un redactado que no pueda tumbar un Tribunal Constitucional con, eso sí, mayoría cercana al PSOE.
¿Se podrán acoger a ella los policías imputados por su actuación el 1 de octubre de 2017? Los sindicatos policiales ya han mostrado su rechazo al considerar que no cometieron ningún delito y que, por lo tanto, no hay nada que perdonarles. También una parte del independentismo está en contra de esta medida, aunque sectores de los principales partidos procesistas no lo ven mal del todo.
Otra incógnita será ver hasta dónde llega esta amnistía. ¿Será solamente para los políticos que organizaron el referéndum del 1-0? ¿También incluirá la consulta del 9-N del 2014? ¿CDR y Tsunami Democràtic podrán acogerse a ella? Lo que cada vez parece más claro es que no lo podrán hacer imputados o condenados por delitos que no están directamente relacionados con el procés, como es el caso de Laura Borràs.
Magnitud de las concesiones a ERC y Junts
Con la amnistía acordada, se tendrá que ver hasta dónde está dispuesto a llegar Pedro Sánchez para conseguir los votos de ERC y Junts. Ellos han pedido la oficialidad del catalán en Europa, algo de lo que la UE no está demasiado por la labor y que será difícil que se llegue a cumplir. Por lo menos de forma más o menos inmediata.
También hay sobre la mesa la figura del relator que valide el cumplimiento de los acuerdos. El PSOE siempre se ha mostrado en contra de ello, pero podría ser una de las concesiones que finalmente den a Puigdemont y los suyos. Eso sí, los procesistas siempre han pedido que sea una figura reconocida mundialmente. Pero los nombres que, de momento, han sonado son los de José Luis Rodríguez Zapatero (que Junts no quiere) y el cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal, que según Voz Pópuli han propuesto los juntaires.
Considerar Cataluña una nación también es uno de los caballos de batalla de Puigdemont. Esto ya queda reflejado en el Estatut y no parece que vaya a ser un obstáculo para llegar a un acuerdo, sobre todo porque hay dudas de que realmente acabe representando un cambio sustancial a nivel legal.
Una nueva financiación y el traspaso de Rodalies, exigencias de ERC, sí que son medidas que Pedro Sánchez pueda llegar a aceptar sin asumir un gran coste, a diferencia de otras concesiones.
Nuevos ministros: la cuota catalana
Si Pedro Sánchez será presidente es, en gran parte, gracias a los votos obtenidos en Cataluña. Meritxell Batet consiguió 19 escaños y arrasó a sus rivales. Además, ERC y Junts tienen que ser sus socios en la próxima legislatura, así que sería lo más lógico que hubiera presencia catalana en el próximo Consejo de Ministros.
Actualmente, el ejecutivo cuenta con tres catalanes: Joan Subirats (Universidades), Raquel Sánchez (Transportes) y Miquel Iceta (Deportes y Cultura). En las quinielas para ser ministro en la próxima legislatura ya han sonado Ada Colau (que dice haber rechazado la oferta a pesar de estar vetada) e incluso Jaume Collboni, alcalde socialista de Barcelona.
Frágil equilibro entre socios
Otra de las dudas que tendremos en la próxima legislatura es cómo consigue Pedro Sánchez mantener su frágil mayoría en el Congreso. Por un lado, está Podemos que mantiene una guerra abierta con Sumar. Y que no parece que vayan a rebajar sus ganas de confrontar si finalmente, como todo indica, Irene Montero no repite como ministra de Igualdad.
Por el otro lado tenemos los partidos del llamado Frankenstein. Y es que ERC, Bildu y BNG sí que se pueden considerar parte del bloque progresista del Congreso. Pero Pedro Sánchez deberá tirar adelante toda y una legislatura -con sus presupuestos anuales incluidos- con el apoyo de PNV y Junts. Unos partidos que, a pesar de alguna pincelada progre, son considerados formaciones de derechas o, por lo menos, cercanos a los empresarios y a otros sectores poco afines a PSOE y Sumar.
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