Carles Puigdemont tocándose las gafas en un gesto de reflexión
POLÍTICA

La justicia estrecha el cerco a Carles Puigdemont

El expresident de la Generalitat ve como su entorno rinde cuentas ante los jueces

Toda la política española sigue girando alrededor de Carles Puigdemont, la amnistía y las negociaciones con el PSOE para investir a Pedro Sánchez. El expresident de la Generalitat huyó de España para no hacer frente al proceso judicial que se le abría tras la celebración del referéndum del 1 de octubre. Por el momento, el líder de Junts no ha podido comparecer ante la justicia española, pero mientras, todo su entorno va acumulando sentencias y condenas.

Pedro Sánchez, el PSOE, Yolanda Díaz y Sumar siguen buscando la fórmula para que Junts les facilite los votos en la futura investidura a la que se someterá el líder socialista. Esto pasará cuando Feijóo consuma su derrota en el Congreso los próximos días 26 y 27 de septiembre, al no poder conseguir más de los 172 apoyos que tiene actualmente.

Montaje con un primer plano de Carles Puigdemont y Pedro Sánchez sonriendo

Pedro Sánchez tampoco tiene asegurados los 176 votos necesarios para ser presidente. Necesita a un Carles Puigdemont que, 6 años después del famoso 1 de octubre de 2017, sigue eludiendo la justicia española. Para ceder sus votos al PSOE, el expresident de la Generalitat exige una amnistía que le permita dos cosas. Una, no tener que rendir cuentas ante el juez. Y dos, poder volver a Cataluña como un héroe.

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Si finalmente el PSOE y Sumar le conceden la amnistía, Carles Puigdemont evitará ser juzgado. Nunca tendrá una condena por sus actos de 2017. Pero aunque finalmente toda esta historia termine sin ninguna sentencia contra el expresident, lo cierto es que gran parte de su entorno sí que ha sido considerado culpable.

El entorno de Carles Puigdemont, juzgado

Para empezar, el Govern que él presidía sí que ha tenido que rendir cuentas ante la justicia española. Y algunos, como Oriol Junqueras, Jordi Turull, Josep Rull o Quim Forn, han pasado incluso años en la cárcel. También algunos de lo que ellos llaman “exiliados” han acabado compareciendo ante el juez, como es el caso de las exconsejeras Meritxell Serret y Clara Ponsatí. Incluso Anna Gabriel, que no tenía ningún riesgo de entrar a prisión y se marchó a Suiza, ha acabado delante de la justicia.

El último caso lo hemos tenido este jueves con el caso del ex escolta de Puigdemont. Él y el exconsejero de Interior (del Govern de Quim Torra), Miquel Buch, han sido considerados culpables de un delito de malversación y prevaricación. ¿El motivo? Pues que, según la Audiencia de Barcelona, Buch contrató a un agente de los Mossos d’Esquadra para hacer de escolta de Puigdemont en Bélgica, cuando este ya no era presidente de la Generalitat.

Montaje con un primer plano de Miquel Buch con el pulgar arriba y un cartel de apoyo a Carles Puigdemont

Este es, pues, otro ejemplo de alguien del entorno del expresident que acaba rindiendo cuentas ante la justicia. Y, en este caso, por hacer algo que beneficiaba al propio Puigdemont. Así, la justicia estrecha el cerco al líder de Junts, que ve como su entorno es condenado mientras él se puede librar de ser juzgado si Pedro Sánchez y Yolanda Díaz acaban cediendo ante él para seguir en la Moncloa.

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