
La izquierda reclama su lugar en Junts mientras Puigdemont gira a la derecha
El Moviment d'Esquerres de Agustí Colomines reivindica el 'socialismo democrático' en la 'causa independentista'
Un movimiento con diversidad ideológica pero fuertemente controlado por un núcleo dirigente conservador. Este fue el planteamiento de Carles Puigdemont para la nueva etapa de Junts, abierta tras el Congreso de Calella en octubre de 2024. En la práctica, esto está provocando un caos interno y está arrastrando el partido a una indefinición y una actuación errática.

En Junts conviven ahora mismo un sector convergente, partidario de girar a la derecha para adaptarse al nuevo contexto, y otro de izquierdas contrario a dejarse arrastrar por la derecha radical. Esto lleva el partido a una conducta errática con constantes incongruencias.
El líder de la facción izquierdista es Agustí Colomines, defensor de causas como los cursos de catalán para imanes radicales. También insultó a E-Notícies y llamó "fascista" a Sílvia Orriols en el Parlament. Pero al mismo tiempo representa a un partido que está pidiendo mano dura contra la delincuencia, más controles migratorios y un control más riguroso del padrón.
MES, la izquierda dentro de Junts
Colomines forma parte del Moviment d'Esquerres de Catalunya (MES), un partido político que recoge la herencia del socialismo catalanista que en su momento representó el extinto PSUC.
El movimiento nace en 2014 con la fusión de escisiones del PSC. Ideológicamente reivindican los valores del socialismo y el republicanismo. Nacionalmente son partidarios del derecho a decidir, y se definen como independentistas.
En abril firmaron un convenio con Junts para una colaboración más estable, que incluye la doble militancia y el trabajo conjunto en varios ámbitos. El MÉS se integró así en el espacio 'Fem-ho Junts', creado en el Congreso Nacional de Junts en octubre de 2024. Las dos formaciones defendieron "objetivos compartidos" basados en la "emancipación nacional".
Estos días el movimiento ha reivindicado su espacio en el proyecto de Junts. El propio Colomines ha defendido la aportación del MES a la "causa independentista", que tiene que ver con la "visión del socialismo democrático". Al mismo tiempo afirma que es "la mejor forma de contribuir a la alternativa nacional que hoy encabeza Carles Puigdemont".
Caos ideológico y estratégico
Uno de los objetivos del congreso nacional era acabar con la división ideológica y recentralizar el partido ideológica y orgánicamente. Pero la necesidad de abrir el partido a otras corrientes llevó a la confusión. Mientras se desplazaba el sector borrasista, se alentaba la entrada de nuevas corrientes que han añadido más tensión.
Ahora Junts tiene a un sector del partido comprando la receta de Aliança Catalana y a otro sector llamando "fascista a Sílvia Orriols". La presencia de gente como Agustí Colomines y Aurora Madaula compartiendo espacio con Ramon Bacardit, Jordi Masquef o Marc Buch da muestras de la indefinición de Junts. Además, la ficción de descentralización choca con el creciente autoritarismo de Puigdemont.
El partido institucionaliza la presencia de corrientes como Demòcrates (Antoni Castellà) y el propio MES. Pero al mismo tiempo concentra el poder en manos de la élite convergente, y las decisiones importantes se siguen tomando desde Waterloo.
Por otro lado, la indefinición ideológica supone un lastre demasiado pesado en plena pelea con Aliança Catalana. Sumando todo esto, no es extraño que Carles Puigdemont se esté hundiendo cada vez más en las cuestas. Ni que su hundimiento sea a costa del auge de Sílvia Orriols.
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