Primer plano de Gabriel Rufián, político de Esquerra Republicana, con la mirada perdida en el Congreso de los Diputados
POLÍTICA

El monumental zasca a Gabriel Rufián por querer hacerse el gracioso con la Selección

Diez años de procesismo para que los diputados de ERC acaben tirando de xenofobia como Duran i Lleida

El nacionalismo catalán conservador construyó durante años la idea de una Cataluña trabajadora, rica y próspera, exprimida por una España miserable y retardataria llena de holgazanes. El pujolismo consagró esta imagen de contraposición entre un norte rico lastrado por un sur pobre. El dirigente de Unió Democràtica, Josep Antoni Duran i Lleida, lo llevó al extremo cuando dijo aquello de que “los andaluces cobran el PER por ir al bar del pueblo”.

Desde entonces han pasado muchos años y un Procés durante el cual una parte importante nacionalismo catalán se convirtió al independentismo. Los procesistas solían decir siempre orgullosos que la diferencia entre el viejo nacionalismo catalán y el nuevo independentismo era que este último rechazaba la xenofobia hacia los españoles. Una década larga después del inicio del Procés, algunos de sus dirigentes más notables se entestan a demostrar que, al parecer, todo ha sido poco más que una farsa.

Dirigentes como Gabriel Rufián, representante del ala izquierdista de ERC y, como tal, uno de los adalides más entusiastas de la lucha contra el racismo y la xenofobia. Su ascenso fue precisamente una apuesta por la incorporación de los “charnegos” al proyecto indepe. Rufián procedía de Súmate, una entidad que promueve la independencia entre la comunidad castellanohablante de Cataluña y que tiene como lema “no importa el origen, importa el destino”.

El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, interviene durante la primera sesión del debate de investidura de Pedro Sánchez como presidente de Gobierno, en el Congreso de los Diputados

Este Rufián, que prometió ser diputado por un tiempo limitado de 18 meses y lleva ya casi diez años, ha utilizado la tribuna del Congreso de los Diputados para tirar de xenofobia y traicionar así los principios que siempre se arroga. Lo ha hecho hablando (otra vez) de la Selección. 

Hace días utilizó a Nico Williams y Lamine Yamal para hacer demagogia barata sobre la inmigración. Ahora utiliza al combinado español para insultar a millones de españoles, demostrando que diez años después del inicio del Procés nada separa a Gabriel Rufián de Josep Antoni Duran i Lleida. Eso sí, en esta ocasión, su intento de hacerse el gracioso le ha valido un zasca monumental.

Va a por lana y sale trasquilado

Gabriel Rufián dijo esta semana en el Congreso de los Diputados que la Selección Española son “catalanes y vascos creando y rematando, y españoles aprovechándolo, una vez más”. Es decir, nada nuevo. El viejo constructo mental del supremacismo catalán de una España de vagos y maleantes robando a los catalanes y a los vascos, más listos y trabajadores que todos los demás.  

Las redes sociales han estallado diciéndole que él es “un catalán aprovechándose de todos los españoles”, o “un andaluz viviendo de los catalanes a los que engañas”.

Aunque una de las críticas más mordaces ha venido de Izquierda Unida de Andalucía, que le ha recordado a Rufián que en la selección hay tres jugadores de Los Palacios (Gavi, Fabián y Jesús Navas). “Si quieres te situamos en un mapa dónde está Los Palacios”, le han reprochado, “lo de la xenofobia parece que no es solo cosa de Vox”.

“Por una vez estoy de acuerdo con Izquierda Unida”, dicen en los comentarios, “van de progres y son iguales que Junts”.

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