Europa, dispuesta a cargarse a agricultores y pescadores catalanes con su agenda
Las normativas de la Unión Europea asfixian el sector primario. Con el argumento del cambio climático crece la burocracia, los días sin trabajar y la hipocresìa con otros países
El sector primario ha dicho basta. Las movilizaciones de las últimas semanas en toda Europa han llegado a Cataluña y se suman a una larga lista de reivindicaciones y hartazgos. Ahora son los agricultores quienes están hartos de las prohibiciones y restricciones que impone la Unión Europea, pero ya hace años que los pescadores avisan de unas normativas asfixiantes. Las autoridades europeas se excusan en el cambio climático para marcar agenda, mientras exportan alimentos de otros países como Marruecos, mucho más baratos porque no deben cumplir las mismas leyes.
Es surrealista. Los costes de producción han aumentado para los agricultores, como en todos los sectores productivos. Además, la nueva regulación europea, que quiere reducir las emisiones de CO2, asfixia aún más el margen de precios de payeses y ganaderos. 'El Pacto Verde Europeo' de la UE exige al campo una "producción respetuosa" con el medioambiente, lo que se traduce en varias restricciones que encarecen el producto. Mientras tanto, Europa exporta frutas y verduras de países del norte de África.
Europa pretendía que los agricultores destinen el 4% de su tierra cultivable a características no productivas, que roten sus cultivos y que reduzcan un 20% el uso de fertilizantes. Se trata de medidas no solo impopulares: van totalmente en contra de la competitividad del sector primario y lo condenan a luchar en el mercado contra quien no debe cumplir ninguna de estas normas.
Justo este martes 6 de febrero, los agricultores han logrado su primera victoria. Bruselas ha retirado de su plan la reducción de pesticidas, con la voluntad de calmar las protestas. Ahora bien, lo ha hecho con una amenaza clara hacia el sector primario: "Saben que la agricultura debe evolucionar hacia un modelo de producción más sostenible para que sus explotaciones sigan siendo rentables en los próximos años". La voluntad, por tanto, de la actual Comisión Europea no es cambiar su agenda, todo lo contrario.
No es, pues, un movimiento casual, hace tiempo que el campo de toda Europa ha dicho basta y en Países Bajos, por ejemplo, ha sido clave para decantar las elecciones presidenciales. A Cataluña las movilizaciones han empezado estos últimos días y van en la misma dirección.
Los pescadores hace años que sufren la agenda europea
Si hay alguien que hace ya años que está siendo perjudicado por la hipócrita agenda europea son los pescadores. La flota catalana ha visto como su periodo de veda aumenta año tras año. La pesca de arrastre está obligada a parar durante tres meses, más otros días que se debe quedar sin zarpar para cumplir la normativa. Ahora mismo calculan que solo les dejan trabajar durante ocho meses al año y el objetivo es que en 2025 solo puedan ir a la mar un 60% de los días laborables.
Cuando hay veda, los trabajadores van al paro, mientras que los patrones y armadores deben esperar que llegue una subvención de Europa, que no siempre se cobra. A la mínima infracción se quedan sin ella. Imagínense solo cobrar casi la mitad del sueldo en un año. Es el plan de la Unión Europea plurianual del Mediterráneo, que a la práctica significará la extinción de este sector. Habrá cada vez menos pescado -si no se puede ir a la mar, ya me dirán a qué precio lo encontraremos- y más producto de piscifactoría.
Mientras, la Generalitat anunciaba hace tres días que pagará los contratos de prácticas de los jóvenes pescadores acabados de titular. Lo que deberían explicar es en qué barcas podrán hacer las prácticas si en pocos años solo podrán pescar seis meses al año.
Esta es la agenda actual de la Unión Europea: combatir su idea de cambio climático poniendo trabas y restricciones al sector primario, que está asfixiado y ve como las administraciones locales tampoco les hacen caso. Faltan pocos meses para las elecciones europeas. Si alguien se pregunta si sirven de algo y si vale la pena ir a votar, que recuerden a sus agricultores y pescadores.
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