Estalla la guerra entre Carles Puigdemont y Sílvia Orriols
La sombra de la moción de censura en Ripoll dispara la tensión entre Junts y Aliança Catalana
En julio de 2023, Carles Puigdemont sorprendió con unas declaraciones en las que alababa a Xavier García Albiol y criticaba duramente a Aliança Catalana. “Hay una percepción en Badalona, y quizás no sea equivocada, de que Albiol fue y puede ser un buen alcalde”, afirmó en Rac1. A continuación lamentó que en Ripoll no se alcanzara un acuerdo para impedir la llegada de Sílvia Orriols a la alcaldía: “Lamento mucho que un municipio tan importante esté en manos de quien está”.
Semanas antes se había vivido un intenso debate dentro de Junts sobre si participar o no en el cordón sanitario a Aliança Catalana junto al PSC, ERC y la CUP. El sector de Puigdemont presionó para arrebatar la alcaldía a Sílvia Orriols, pero Laura Borràs se posicionó en contra. “Yo no soy partidaria”, dijo la presidenta de Junts, “si defiendo que contradecir la voluntad popular cuando nos perjudica no es correcto, hacerlo cuando nos favorece, tampoco”.
Desde entonces ha llovido mucho y han sucedido muchas cosas.
Primero, un ciclo electoral negativo para Junts que ha perdido peso en las instituciones municipales y en el Congreso, y salió derrotado en la batalla con el PSC por la Generalitat.
Segundo, la guerra interna en Junts en la que Carles Puigdemont optó por apartar al sector de Laura Borràs y afianzar a la vieja guardia convergente. Tercero, un viraje ideológico y estratégico del partido, consistente en un giro a la derecha para recuperar la centralidad y la hegemonía del nacionalismo conservador en Cataluña.
A esto hay que añadir el hundimiento del procesismo en general, que afecta sobre todo a ERC y la CUP, pero también a Junts. Y un declive de la figura de Carles Puigdemont, abandonado por una parte importante de las bases y cada vez más discutido dentro de su propia formación.
Orriols en auge, Puigdemont en declive
En paralelo se ha producido un auge de Aliança Catalana, que en pocos meses se adueñó del relato y empezó a marcar la agenda política y el debate público en cuestiones como la inmigración y la delincuencia. Fue sintomática la rebelión de los alcaldes de Junts para endurecer el discurso migratorio y de seguridad. Además, la figura de Sílvia Orriols se revalorizó a la misma velocidad con la que Carles Puigdemont perdía popularidad.
Las alarmas en Junts se dispararon cuando Aliança Catalana anunció su intención de concurrir en las elecciones autonómicas del 12 de mayo. Los nervios llevaron a Junts a firmar un acuerdo con PSC, ERC, CUP y Comuns para no pactar con Aliança Catalana después de las elecciones. Los temores se confirmaron la misma noche electoral, cuando se demostró el agujero que había hecho Aliança Catalana en la candidatura de Puigdemont.
¿Moción de censura en Ripoll?
A estas alturas ya no quedan dudas dentro de Junts sobre la amenaza que supone Aliança Catalana para su supervivencia política. La fuga de dirigentes y militantes a la formación identitaria muestra un cambio de tendencia que compromete la ambición de Puigdemont de reagrupar al independentismo bajo su mando. Todos los intentos de Junts de cerrar el paso a Aliança Catalana hasta ahora no han funcionado, y su líder habría tomado una decisión a la desesperada.
En los primeros compases de la legislatura, Junts ha querido contrarrestar el éxito de Aliança Catalana amordazando a Sílvia Orriols desde la presidencia del Parlament que ostenta Josep Rull. Pero esto no ha hecho más que disparar la popularidad de la alcaldesa de Ripoll y evidenciar los nervios de Junts. Así que el expresident habría decidido debilitar a Aliança arrebatándole su centro de poder, la alcaldía de Ripoll.
El expresident estaría maniobrando para que la sección local de Junts en Ripoll fuerce una moción de censura contra el gobierno de Sílvia Orriols. Eso sí, para hacerlo tendría que pactar con el PSC, y eso restaría credibilidad a la estrategia nacional de Junts con Salvador Illa en la Generalitat. Además, la moción de censura llegaría más de un año tarde, cuando Aliança Catalana ya ha conseguido consolidarse en el sistema político catalán.
Una estrategia suicida
Aunque la errática estrategia de Puigdemont va mucho más allá, e impacta directamente en la crisis abierta dentro de su partido. Con el tiempo se ha demostrado que apartar a Laura Borràs y pactar con el PSOE implicaba perder a una parte importante del electorado que ha encontrado acomodo en las filas de Aliança Catalana. En Junts no tienen claro que abrir un frente contra Aliança Catalana sea lo oportuno, y creen que hay que centrarse en desenmascarar el gobierno “españolista” de Salvador Illa.
Una moción de censura en Ripoll obligaría a Junts a rectificar su viraje a la derecha para pactar con las izquierdas en el ayuntamiento de la localidad. Pero además, evidenciaría aún más la polarización entre el nuevo independentismo que representa Orriols y un procesismo donde ya no se diferencia entre Junts y ERC. Los de Sílvia Orriols podrían acusar fácilmente a Puigdemont de haber pactado con el PSC para arrebatarle la alcaldía de la misma forma que ERC pactó con el PSC para dar la Generalitat a Salvador Illa.
Hay otra derivada, y es que si Junts arrebata la alcaldía de Ripoll a Aliança Catalana habrá liberado a Sílvia Orriols para su dedicación exclusiva a la política nacional. Por eso hay sectores en Junts que recomiendan a Carles Puigdemont ignorar a Aliança y seguir marcando terreno en cuestiones como la seguridad y el orden público. Lo peor de todo esto, para Junts, es la sensación de que entrar en el cuerpo a cuerpo con Sílvia Orriols ahora mismo es ir a una batalla perdida.
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