ERC prioriza el Congreso al Parlament
El Govern del presidente Aragonès hace movimientos erráticos que le desangran en todos los frentes electorales
Analizando el panorama de una manera sistemática, es difícil encontrar una postura más problemática que la de ERC. Un gobierno débil, que encadena desgastes mal gestionados y que da la sensación de hacer más política en Madrid que en Cataluña. Y ahora, la última: que tiene mucha pinta de que los presupuestos se van a prorrogar.
ERC: presupuestos sí, presupuestos no
La actual posición del Govern de ERC en el tablero obedece o a su incompetencia táctica o a un plan desconocido. De lo contrario, es difícil encontrarle la lógica a los movimientos del Govern. A menos que hayan preferido facilitar la política en Madrid antes que en Cataluña.
Preferencia esta que se traducirá en un descalabro en las autonómicas y que se puede sospechar por la cara de alegría de Illa. El líder del PSC solo tiene que mirar el reloj y dejar que el Govern se cueza en su propia salsa. Ahora, el PSC se ha plantado y dice que mientras el Govern no cumpla (B-40, Hard Rock y Aeropuerto), se pueden olvidar de los presupuestos del 2024.
Tengamos esto presente: ERC se comprometió a cumplir con lo anterior aunque no fuera de su agrado ideológico. Porque, efectivamente, no es fácil conjugar la apariencia de progresismo y hacer casinos y carreteras. Aunque gobernar es llegar a acuerdos y esto solo es posible si se tiene presente la diferencia entre partido y gobierno.
Pero en ERC actúan como si tuvieran una mayoría que no tienen y dificultan los presupuestos que ellos mismos necesitan. Y aunque sea a modo de hipótesis, esto se puede explicar por haber estado pendientes de las generales. Por lo menos más pendientes de que de gobernar de mayo a diciembre en Cataluña.
Atacan por el otro flanco: los independentistas
Una de las cosas más difíciles de gestionar para un partido es la continuidad ideológica. Es decir, intentar reducir al máximo el desgaste que el gobernar produce en la coherencia. Esto, en el caso de ERC, afecta al contenedor ideológico del partido: el nacionalismo.
Con sus movimientos, están provocando fugas en el contenedor y, a través de ellas, pierden votantes nacionalistas. Porque al tiempo que ERC se enreda en Cataluña, facilita la gobernabilidad de España. Y, además, lo que podría capitalizar desde Madrid se lo roba el protagonismo mediático de Puigdemont.
Es decir, que si ERC tiene, pongamos por caso, tres fuentes electorales, está dejando de beber en las tres. La del votante catalán que puede transitar entre ERC y el PSC en función de los resultados que ve en su territorio. La del votante progresista angustiado con la naturaleza y el decrecimiento. Y, finalmente, la del votante nacionalista con facilidad para apretar el gatillo y acusar de traición por pactar con Madrid.
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