ERC prepara ya el camino para investir a Salvador Illa

Aún no es oficial, pero fuentes de ERC confirman sottovoce que el pacto con el PSC está hecho y solo quedan algunos flecos por cerrar. Los republicanos han aceptado la fórmula propuesta por los socialistas para implantar la financiación singular de manera progresiva, y ahora están negociando el calendario y las garantías de cumplimiento. Esto es fundamental para ERC, porque necesita ofrecer a la militancia una prueba sólida para vender el acuerdo.

Una vez cerrado el acuerdo de investidura, el siguiente paso es construir el relato y ERC ya se ha puesto manos a la obra con ello. Los republicanos saben que están a punto de firmar el acuerdo más controvertido, y que puede ser su sentencia de muerte definitiva a ojos del independentismo. No es para menos, pues van a entregar el gobierno al partido del 155 que genera especial aversión en el espacio soberanista.

En una entrevista este fin de semana en El País, la secretaria general de ERC y artífice del acuerdo con el PSC, Marta Rovira, ha dejado claro que “no es para hacer presidente a Illa sino un avance para Cataluña”.

Marta Rovira ha dejado claro que no es un acuerdo de gobierno y que ERC se irá a la oposición. Pero también ha remarcado que su intención es condicionar el futuro gobierno para obtener avances de país, en este caso el sistema singular de financiación que tiene que permitir a Cataluña gestionar sus propios impuestos. Esquerra aspira también a conservar las políticas sociales del gobierno de Pere Aragonès en apartados como el feminismo o la transición energética.

Esperando el sí de la militancia

En ERC hay una consigna: resistir y esperar tiempos mejores. Son conscientes de que investir a Salvador Illa tendrás sus costes en una organización ya muy mermada, tanto electoralmente como a nivel de división interna. 

En ERC son optimistas y recuerdan todo el hate que sufrieron Junts y Carles Puigdemont por parte del independentismo cuando invistieron a Pedro Sánchez. Luego las aguas volvieron poco a poco a su cauce, y en las recientes elecciones catalanas mejoraron resultados. Los republicanos también confían en que el tiempo ayude a cicatrizar heridas, y que los resultados del nuevo gobierno y el proceso de renovación interna a partir del congreso de noviembre ayude a recuperar la confianza de los militantes y los votantes.

En la entrevista, Marta Rovira ha reconocido que "ERC está en un momento complejo" y que la decisión que van a tomar "marcará los próximos años del partido". Por eso apela al "concenso colectivo" y pide a la militancia "que vote pensando si el acuerdo es bueno o no para Cataluña".

Rovira ha anunciado que esta semana explicarán hasta dónde han llegado las negociaciones. Y ha sido rotunda al afirmar que "esto es mejor que ir a una repetición electoral con el riesgo de tener las mismas minorías y menos posición de fuerza negociadora".

Carta de Joan Queralt

Mientras el sector de Oriol Junqueras permanece agazapado esperando su momento, los afines a Marta Rovira empiezan a salir en tromba defendiendo con más o menos vehemencia el acuerdo con el PSC. Es el caso del senador Joan Queralt, que en las últimas horas ha difundido una carta a militantes, simpatizantes y votantes del partido. En ella pide “votar con la cabeza fría” sobre el acuerdo de investidura.

Aunque no se posiciona ni a favor ni en contra, reproduce el discurso lanzado por el sector de la secretaria general. Afirma que “no podemos permanecer pasivos” y que “lo que es bueno para Cataluña es bueno para ERC”. Reconoce que el acuerdo es “un sapo y de los grandes”, pero pide “no votar con las emociones, y mucho menos con consignas o eslóganes”. 

Esto es solo un aperitivo de lo que veremos y escucharemos los próximos días, en los que ERC tendrá que hacer como Junts en noviembre del año pasado y esforzarse en vender el relato. A Rovira y Queralt ya les han llovido los "traidores" y "botiflers" en las redes sociales. Y necesitarán ser convincentes para lo que se les viene encima que cuando se haga oficial el acuerdo yse celebre la sesión de investidura más difícil para ERC.