Hombre con gafas y micrófono de diadema haciendo un gesto con la mano frente a una imagen de un elefante.
POLÍTICA

Carles Puigdemont, el elefante en la habitación del PSOE

Moncloa tiene un plan para domar al líder herido y acorralado de Junts

Pedro Sánchez aceptó los votos de Junts para ser presidente, y los hizo por desesperación pero también sabiendo a lo que se arriesgaba. Sabía que Carles Puigdemont es un líder frío y calculador pero a la vez impulsivo e imprevisible, especialmente cuando está acorralado. Lo acaba de comprobar con el bloqueo de los presupuestos por parte de Junts, como vendetta por las negociaciones entre ERC y el PSC por la formación de gobierno en Cataluña.

Pedro Sánchez está de enhorabuena por el inminente acuerdo con Esquerra que le permitirá gobernar Cataluña y tomar un poco de aire. Pero por delante tiene otro reto mayúsculo, el de domar a un Puigdemont herido que ahora mismo es capaz de todo. Incluso de hacer saltar por los aires el Gobierno de coalición en España.

El expresidente de la Generalitat de Catalunya y candidato de Junts a las elecciones catalanas, Carles Puigdemont, interviene durante un acto de campaña, en Jean Carrère Space, a 1 de mayo de 2024, en Argelès (Francia)

En Moncloa empiezan a trabajar en la coordinación con ERC para gobernar en Cataluña. Pero en paralelo han trazado también un plan para contener al enfurecido Puigdemont.

El plan de Pedro Sánchez con Puigdemont

La situación para Carles Puigdemont es angustiante. En las negociaciones de investidura de Pedro Sánchez había conseguido tomar la delantera a ERC, y en las elecciones catalanas consiguió dar el sorpasso y convertirse en el primer partido del independentismo. Pero todo se ha ido al traste en las últimas semanas, por el entendimiento entre ERC y el PSC con el beneplácito de Pedro Sánchez.

Tal es su ira, que el pasado miércoles, sin comerlo ni beberlo, decidió romper el pacto que tenía cerrado con el PSOE para aprobar la senda de déficit (paso previo para la tramitación de los presupuestos de 2025). Es decir, dejó la legislatura en vía muerta sin previo aviso. La traición sentó muy mal en Moncloa, donde sin embargo han contado hasta diez para trazar una nueva estrategia y reconducir las maltrechas relaciones con Junts.

El plan inicial de Pedro Sánchez era estabilizar la legislatura una vez aprobada la amnistía y asegurar el apoyo incondicional de Junts para impulsar las grandes leyes. Pero el pacto con ERC en Cataluña y la trabaja de los jueces a la amnistía le ha cambiado el paso. Ahora el Gobierno tiene un nuevo plan, que pasa por una legislatura de baja intensidad con pocas leyes de calado y apelando a grandes consensos.

Aprovechar la debilidad de Junts

La traición de Junts la semana pasada fue un golpe duro y un toque de atención para el Gobierno, que sin embargo mantiene la calma. En Monclo son optimistas. Creen que el paso más difícil lo dieron en noviembre del año pasado con el acuerdo con Junts, y que una vez fraguada la investidura toca ir sorteando los problemas con perfil bajo y aprovechando la debilidad tanto del bloque de la derecha como del propio Junts.

La ruptura de Vox con el PP ha dejado debilitada a la oposición y esto juega a favor de Pedro Sánchez. Pero además, en Moncloa saben que el otro peligro, la alianza del PP con Junts, es más una amenaza que una realidad. Sobre todo si el PP no tiene la fuerza suficiente como para depender solo de los votos de PNV y Junts en unas eventuales elecciones y tiene que incluir a Vox en el gobierno.

Además, en el PSOE creen que cuatro años más de oposición en Cataluña dejarán tan tocado al partido de Puigdemont que no se arriesgarán a perder lo poco que les queda. O sea, la capacidad de influir en Madrid. Mientras, el PSOE podrá fortalecerse gracias al gobierno en Cataluña, y esperar el momento adecuado para convocar elecciones en España y volver a confiar en la capacidad de resistencia de Pedro Sánchez.

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