Dos hombres en primer plano uno con camisa blanca y otro con traje marrón en el interior de un parlamento con asientos vacíos al fondo
POLÍTICA

Junts y ERC deciden hundirse con Pedro Sánchez

El procesismo ha decidido que vale la pena arriesgarse a dejarse arrastrar por el fango del PSOE

ERC y Junts han vuelto a jugar el papel de escuderos fieles de Pedro Sánchez cuando las cosas van mal dadas en Moncloa. Pero esta vez el escándalo era mayúsculo y los partidos procesistas han quedado más retratados que nunca. Incluso Sumar ha vuelto a mostrarse más duro con la presunta corrupción del PSOE que los socios independentistas.

La reacción de republicanos y convergentes en las últimas horas demuestra que sus líderes han decidido definitivamente morir con Pedro Sánchez. No es un daño colateral, sino una elección consciente fruto del cálculo de pérdidas y ganancias. Prefieren arriesgarse a ser arrastrados por el fango del PSOE por el miedo a perder sus privilegios y a las urnas.

Hombre con traje oscuro y corbata azul frente a un fondo rojo con el logo de PSOE y un corazón blanco

Su apoyo al PSOE genera un evidente desgaste de cara a su electorado. Pero Junqueras y Puigdemont esperan que las concesiones de Sánchez cambiern las tornes cuando se acaben materializando. Por eso no rompen con él.

Por un lado, porque necesitan esperar a que el PSOE cumpla con los acuerdos de investidura. Por otro, porque la caída del Gobierno implicaría perder sus suculentas retribuciones económicas y altos cargos en los consejos de administración

Gabriel Rufián, el escudero fiel de Sánchez 

El primero en salir fue Gabriel Rufián, que acusó a “aquellos que creen que el país es suyo” de orquestar una persecución contra la izquierda y el independentismo. Fue horas antes de que apareciera el informe que implicaba a Santos Cerdán.

Tras horas de silencio, apareció ante la prensa pidiendo a Pedro Sánchez que saliera a dar explicaciones. Ya por la tarde, después de la comparecencia de Pedro Sánchez, salió con un tuit a su más puro estilo: atacando al PP y a Junts.

Rufián se ha convertido en el defensor más aguerrido del PSOE, y esto contribuye a acrecentar la sensación de sumisión de ERC. Pero los republicanos piensan que peor sería unas elecciones y perder los privilegios que tienen con Sánchez. Oriol Junqueras ha impuesto la consigna de amarrar los gobiernos socialistas (el de Sánchez y el de Illa).

Junts abandona el perfil duro

Junts no le va a la zaga a ERC. Esta vez ha sido incluso más vehemente que en otras ocasiones. Jordi Turull (no Puigdemont, que ha vuelto a esconderse) ha defendido la presunción de inocencia de Cerdán, y ha vuelto a cerrar la puerta a una moción de censura presentada por el PP. 

Sin ningún tipo de pudor, Turull ha reconocido que no harán caer al Gobierno de Pedro Sánchez por la corrupción sino solo si fracasa la mesa de negociación en Suiza. Es decir, Puigdemont acepta inmolarse con Pedro Sanchez solo para conseguir su amnistía.

El caso de Junts es flagrante porque mientras denuncian la corrupción de ERC en la DGAIA blanquean la del PSOE. Además, Puigdemont tuitea compulsivamente contra Trump y la extrema derecha. Pero tapa las vergüenzas socialistas solo para su propio interés personal.

Atarse a Sánchez, mal negocio

Las encuestas señalan un hundimiento cada vez mayor del procesismo. Su pérdida de apoyo se explica precisamente por la estrategia de apoyo al PSOE, pero una vez tomado ese rumbo ya no pueden echarse atrás. Aunque a Puigdemont el cuerpo le pida a veces echarse en brazos de la derecha.

El problema es que (como mucho) dentro de dos años hay elecciones, y les costará justificar el camino andado. Pero lo peor es que el sanchismo ya no suma, y se ven abocados a la irrelevancia política. Es el precio de elegir hundirse con Pedro Sánchez.E

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