Plano medio corto de Pedro Sánchez sentado en su escaño en el Congreso de los Diputados y mirando hacia arriba
POLÍTICA

Sánchez se desmarca de Cerdán y se atrinchera tanto en el Gobierno como en el PSOE

A pesar de las graves informaciones que salpican a todo su entorno, el líder socialista asegura que no sabía 'absolutamente nada' y pide 'perdón'

Ni dimisión, ni moción de confianza, ni paso al lado al frente del partido... Nada de nada. Ante la avalancha de informaciones que salpican de casos de presunta corrupción a su entorno más cercano, la respuesta de Pedro Sánchez ha sido la de atrincherarse tanto en el Gobierno como en el PSOE. 

El líder socialista ha decidido tirar a Santos Cerdán a los pies del caballo. Tocaba sacrificar a su número dos. Ya lo hizo con su anterior mano derecha, José Luis Ábalos, y ahora le toca al (hasta este jueves) secretario de organización del PSOE. El cortafuegos cada vez es más cercano al actual presidente del Gobierno. Pero da igual. La operación 'Salvar al soldado Sánchez' ya ni se disimula.

Plano medio corto de Pedro Sánchez en las puertas del Palacio de la Zarzuela

Según el presidente del Gobierno, él "no conocía absolutamente nada" de las maniobras presuntamente ilegales de Santos Cerdán. "La decepción es grande", repetía. "No debimos confiar" en él. "Pido perdón". El discurso era evidente: aquí estaba todo el mundo mentido en el ajo (presuntamente), menos yo. Y no solamente esto. Además, yo soy la solución a todo.

Las acciones que realizará Sánchez para maquillar el escándalo

Pedro Sánchez ha remarcado que "he pedido" la dimisión a Santos Cerdán cuando se ha publicado el informe de la UCO. Y Cerdán, obediente, ha cumplido y ha dimitido tanto como secretario de organización como de diputado del Congreso. Porque el "PSOE siempre actúa" cuando hay casos así, explicaba Sánchez. Y que él "siempre ha trabajado por el juego limpio y contra la corrupción". 

Montaje de fotos de Pedro Sánchez, con rostro triste, levantando la mano diciendo adiós con el logo del PSOE de fondo

Además, ha anunciado una "auditoria externa" para conocer el estado real de las cuentas del PSOE. Y también una reestructuración de la cúpula del partido en el próximo comité que se celebrará a principios de julio. Y, evidentemente, él seguirá al frente de la organización. Sí. El líder del partido en el que la presunta corrupción campaba a sus anchas será el mismo que ahora ponga orden.

¿Dimitir? ¿Elecciones anticipadas? ¿Moción de confianza? Ni hablar. Mejor atacar al PP

Pedro Sánchez ha querido dejar claro que "no va a haber convocatoria electoral[en España]hasta 2027". Y que, evidentemente, su idea es presentarse a la reelección. "Esto no es algo que afecte al Gobierno", justificaba. Se desmarcaba así, también, de la posibilidad de someterse a una moción de confianza en el Congreso. Un posible escenario que circulaba este mismo jueves por la tarde.

Es más, el líder socialista ha aprovechado para arremeter contra PP y Vox. Ha sacado a pasear el comodín de los "bulos" y se ha quejado de que "este gobierno está sufriendo un asedio por parte de la oposición", justificaba. Y, por si fuera poco, ha recordado que "el PP perseguía policías que investigaban su corrupción".

En definitiva, se ha visto un Pedro Sánchez débil y abatido. Si era una simple teatralización o no, cada uno dirá. Lo que está claro es que a pesar de que las informaciones que implican a todo su entorno son cada vez más comprometidas, él ha decidido atrincherarse. Tanto en el Gobierno como en el PSOE. Aunque cada vez esté más solo. Total, tiene la confianza de que, de momento, Junts no tiene previsto sumarse a una posible moción de censura contra él. Porque los de Puigdemont han decidido priorizar sus indultos y amnistías a cambio de seguir sosteniendo un presidente del gobierno cada vez más salpicado por casos de presunta corrupción de su entorno.

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