Las dos Españas vuelven a medir sus fuerzas

Es cuestión de horas. España vive este sábado la tradicional jornada de reflexión ante la decisiva contienda electoral del 23 de julio. Los bloques de la derecha y la izquierda batallarán, una vez más, por lograr la mayoría parlamentaria que les permita ostentar el Gobierno de nuestro país durante la próxima legislatura.

Las elecciones generales de este domingo son las decimosextas que se celebran en España desde la caída del régimen. Más allá de las disputas concretas que conlleva cada campaña electoral, el argumento principal de la ecuación continúa siendo el mismo. Elección tras elección, este es el dilema: qué bloque ideológico se impone y, en consecuencia, si España continúa anclada a la izquierda o opta por un viraje a la derecha.

Las dos Españas: izquierda y derecha, más lejos que nunca

La alternancia entre el centroizquierda y el centroderecha en el Palacio de la Moncloa ha sido el ingrediente principal de los 45 años de democracia en nuestro país. Dos modelos distintos, ciertamente, pero con margen de encuentro en el centro político. Los grandes pactos de Estado constituían la bisagra perfecta entre un y otro espacio ideológico: existía, a grandes rasgos, una sola España.

Pero algo se ha roto en las últimas dos décadas. No solamente los atentados del 11-M en 2004 o el desafío independentista en Cataluña han causado una brecha difícil de cerrar. La aparición de nuevos partidos políticos, al extremo de cada uno de los bloques ideológicos, también ha acarreado en una tremenda polarización entre la izquierda y la derecha española.

Tras el primer gobierno de coalición de la democracia española, la distancia entre los grandes partidos de nuestro país, PSOE y PP, es más marcada que nunca.

El acuerdo del PSOE y Unidas Podemos y su acción de gobierno, además de la contundente confrontación ejercida por PP y Vox desde la oposición, han rubricado la división entre bloques. Normas tan polémicas como la ley del ‘solo sí es sí’ o la Ley Trans han acentuado de forma contundente la división entre los grandes ámbitos ideológicos en España. Lo han hecho hasta el punto de que la ruptura parece, a día de hoy, insalvable.

El resultado: hay dos Españas, dos modelos claramente enfrentados, que volverán a medir sus fuerzas en las urnas este domingo, 23 de julio.

Las dos Españas, llamadas a medir sus fuerzas

Ante este escenario, toca resolver dudas. La convocatoria anticipada de elecciones por parte de Pedro Sánchez permitirá que, en cuestión de horas, sepamos cuál de las dos Españas cuenta con más apoyo social a día de hoy. Las encuestas han marcado la tendencia con claridad, pero habrá que esperar a lo que, este domingo, dictaminen las urnas.

Si bien la división entre bloques es más acentuada que nunca, la disputa entre izquierda y derecha es un clásico en nuestro país desde las primeras elecciones en democracia. En 1977, la derecha (UCD y Alianza Popular) obtuvo un 42% de los votos frente al 38% de la izquierda (PSOE y Partido Comunista). Ya desde entonces, la batalla entre ámbitos ideológicos ha marcado todas las elecciones generales en España.

En los años 80, el dominio progresista fue absoluto —más del 50% de los sufragios en las elecciones de 1982 y 1986—. Aznar logró el vuelco en 1996 y sobre todo en el año 2000, las primeras en las que el bloque derechista se imponía en nuestro país. La guerra de Irak volvió a decantar la balanza hacia el bando progresista (2004 y 2008), pero la crisis económica devolvió el dominio a la derecha.

La irrupción en 2015 de nuevas fuerzas políticas (Podemos; Ciudadanos y Vox) restó fuerzas a PSOE y PP, pero no supuso grandes cambios en los bloques. Ambos siguieron rondando los diez millones de votos en las distintas elecciones —y repeticiones— celebradas desde entonces.

El estrecho margen entre izquierda y derecha ha sido, pues, la tónica electoral general en España. De nuevo, va a ser el foco de todas las miradas en esta nueva jornada electoral. ¿Qué España va a imponerse este domingo? La respuesta está a la vuelta de la esquina.