Todos contra el ‘VOX indepe’

La consigna parece clara: ante la caída en las municipales, el independentismo ha sacado a pasear el espantajo de la extrema derecha. Tras el “cordón sanitario” contra VOX en el ayuntamiento de Barcelona, ahora llega el turno de Ripoll. Allí se está fraguando un gobierno de concentración para dejar fuera a la lista más votada, la Aliança Catalana de Sílvia Orriols.

Recapitulemos. Aliança Catalana se presentó a las elecciones municipales en Ripoll como una formación netamente independentista y un programa basado en el discurso antiinmigración. Lo cual le ha valido el apelativo de ‘el VOX indepe’ o ‘extrema derecha independentista’.

Con todo, Aliança Catalana arrasó con el 30,7% de los votos, consiguiendo 6 concejales de un total de 17. La segunda fuerza más votada fue Junts con 3 escaños, seguido de ERC también con 3. PSC y la CUP obtuvieron 2 representantes cada uno, y Som-hi 1.

Todos contra Orriols

La CUP ha impulsado la propuesta de un gobierno de concentración para impedir que Aliança Catalana, la fuerza más votada, mande en Ripoll. Según han afirmado, hay dos alternativas: un gobierno en solitario de “la extrema derecha”, o uno de concentración. Por eso ya han empezado a negociar con ERC y el PSC. 

Sin embargo, la propuesta de los ‘cupaires’ no tendría de momento el apoyo de Junts. Su cabeza de lista, Manoli Vega, asumió ya su papel como líder de la oposición facilitando de facto un gobierno en minoría de Aliança. Ahora, la CUP le pide que recapacite y retome las negociaciones para "echar a la extrema derecha".

Barcelona, Ripoll y el ‘cordón sanitario’

Llama la atención el paralelismo retórico entre los ayuntamientos de Barcelona y Ripoll. La caída en votos del independentismo y el ascenso de opciones como Aliança y Vox han dibujado una clara estrategia para las fuerzas en retroceso. Señalan a los “indeseables” y rescatan el concepto de “cordón sanitario”.

En Barcelona, los comuns piden dejar a VOX sin representación institucional en distritos o comisiones, y ERC propone votar en contra de todas sus resoluciones. El PSC se apunta al carro pidiendo que el voto de 38.000 barceloneses queden en nada.

La CUP, sin representación en Barcelona, ha tomado nota en Ripoll y pide aunar fuerzas para dejar a Orriols sin gobierno. Hay que recordar que en Ripoll votaron 4.622 personas, 1.401 de las cuales lo hicieron por Aliança. Solo 536, el 12%, votaron a la CUP. 

¿Efecto contrario?

El “cordón sanitario” no es algo nuevo en Ripoll. En 2019 se impuso una estrategia de aislamiento cuando Aliança Catalana tenía 1 representante, y cuatro años después suma cinco concejales más. Lo cual lleva a plantearse si la estrategia de la marginación no surte en realidad el efecto contrario.

El Punt-Avui afirma que la mayoría de los vecinos ven como contraproducente el pacto anti-Aliança y creen que Orriols tiene que gobernar. Además, cunde la percepción de que su victoria se debe a la abstención y al castigo al resto de fuerzas políticas. En todo caso, pronto podría no ser un caso aislado.

Una propuesta en auge

Sílvia Orriols presenta sin complejos su Aliança Catalana como un partido independentista y antiislamista. Hay que recordar que su formación es una escisión del Front Nacional de Catalunya (FNC). Esta formación propone la declaración unilateral de independencia y restringir las políticas de inmigración. En estas municipales han conseguido 3.529 votos en toda Catalunya: destaca la mayoría absoluta en La Masò (Tarragona) y los 1.618 apoyos en Manresa (Barcelona).

Además de Ripoll, La Masò y Manresa, Mataró se ha convertido en el otro feudo de crecimiento de estas propuestas. En este caso, de VOX. La formación de Abascal, que ha entrado en todas las capitales de provincia, ha pasado de cero a cuatro concejales en Mataró y ha experimentado una subida incluso mayor en votos en ciudades como Terrassa, L’Hospitalet y Cerdanyola.