
Cataluña y España, al revés del mundo con la energía nuclear
Muchos países están revisando su estrategia ante nuevas evidencias y el convulso contexto geopolítico
El apagón eléctrico del 28 de abril ha dejado en evidencia el modelo energético sostenido y promocionado por el establishment globalista. En España, el PSOE/PSC y sus socios (ERC, Sumar, Comuns, CUP) han sido los guardianes de este dogma. Un dogma que se deshace entre los dedos antes las nuevas evidencias que aparecen cada día.

Una vez constatado el fracaso, los partidos de la izquierda han reaccionado acusando de “negacionistas” y “ultraderecha” a quienes defienden incluso un modelo mixto. Es decir, apostar por las renovables pero sin renunciar a la energía nuclear.
El caso de Cataluña es más flagrante, porque defienden un modelo solo con renovables pero están a la cola de España y Europa en renovables. Solo el 14% de la electricidad producida en Cataluña es eólica o solar, mientras que el 60% es nuclear. Ante el previsible aumento de la demanda, el cierre de las nucleares conduce Cataluña al desastre.
Un nuevo ha dato ha llamado la atención esta semana. Y es que ante la nueva realidad, 139 centrales nucleares de diversos países han prorrogado su vida útil hasta los 60 años. Nueve de ellas, incluso hasta los 80 años.
En España, el Gobierno socialista planea cerrar progresivamente las centrales nucleares a partir de 2027. Una demostración de que España y Cataluña, en esta como en muchas otras cuestiones, va al revés del mundo.
Al revés del mundo
El Gobierno de Pedro Sánchez planea seguir adelante con el apagón nuclear pese a que muchos países en el mundo están revisando su política energética. Durante años se había impuesto como un dogma la descarbonización sin límites y a toda costa. Pero nuevas evidencias científicas y un contexto geopolítico convulso han cambiado las cosas.
Ahora muchos países revierten el cierre de las nucleares porque prefieren cubrirse las espaldas. Renunciar a la energía nuclear ahora mismo supone perder soberanía energética y exponerse a más dependencia.

El caso de Alemania es el más evidente, y el más dramático. Angela Merkel decidió renunciar a la nuclear y el resultado fue una dependencia extrema de Rusia que cuando estalló la crisis en Ucrania dejó al país en cueros. Esto hundió la industria nacional y llevó al país al borde de la recesión mientras los países de su entorno resistían.
Lo mismo puede pasar en Cataluña, donde un cierre nuclear sin las renovables a punto podría tener consecuencias. Como un encarecimiento de la luz para familias y empresas, más dependencia energética y futuros apagones.
La energía nuclear, un sector en auge
España ha liderado durante años el fervor por la transición verde instalada en el establishment europeo. La estrategia suicida del Gobierno central es defendida con entusiadmo por el PSC en Cataluña, con el apoyo de sus socios.
Esta semana, ERC se ha encargado de recordarle a Illa que "la transición energética no está en discusión" y que este es "un debate superado". Comuns y la CUP le han pedido que acelere la transición hacia las renovables. Curiosamente, tildan al resto de negocionistas mientras ellos dan la espalda a la evidencia científica y la realidad.
Muchos países del mundo están redoblando su apuesta por la energía, con la construcción de nuevas centrales y la reactivación de reactores que estaban paralizados. Ahora mismo hay 63 centrales nucleares en construcción, y hay 419 funcionando en 35 países.
Pero es que además las tecnológicas están apostando cada vez más por las nucleares en pleno auge de este tipo de energía. Aunque pueda sonar raro, el futuro pasa ahora mismo por la energía nuclear. Y no es extraño que organismos como la Agencia Internacional de la Energía haya pedido al Gobierno español que recapacite sobre su posición.
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