Montaje con un plano medio de Carles Puigdemont hablando desde la tribuna del Parlamento Europeo y otro de Pedro Sánchez haciendo lo mismo
POLÍTICA

Carles Puigdemont y Pedro Sánchez ya flirtean en público

El presidente del Gobierno y el expresident de la Generalitat trasladan su historia de amor al Parlamento Europa y evidencian su alianza contra el PP y Vox


Este miércoles, Pedro Sánchez y Carles Puigdemont han coincidido en público por primera vez en muchos años. El Parlamento Europeo ha sido el escenario encuentro entre el presidente del Gobierno y el expresident de la Generalitat. El líder socialista comparecía para hacer balance de la presidencia europea que ha ostentado España en el último medio año. Pero, como era de esperar, la amnistía se ha convertido en una cuestión central de la sesión.

Los que hace unos meses hacían ver que eran rivales o incluso enemigos, ahora flirtean en público. Más Sánchez que Puigdemont. Porque ya sabemos que Junts vive del simbolismo. Y a Sánchez no le importa evidenciar que tiene su mano tendida a los procesistas, mientras que Puigdemont debe gesticular com advertencias y amenazas que cada vez se cree menos gente.

El presidente del Gobierno ha reivindicado que "la situación en Cataluña es infinitamente mejor" que en 2017. Y ha animado al líder de Junts a seguir mejorándola: "Señor Puigdemont, quiero decirle que está en nuestras manos conseguirlo". Por su parte, Puigdemont también se ha mostrado cordial. Eso sí, también le ha advertido que "las oportunidades hay que aprovecharlas" porque, si no, "las consecuencias no son agradables".

Montaje con dos primeros planos de Carles Puigdemont y Pedro Sánchez sonriendo

Más allá de las amenazas más o menos creíbles, lo cierto es que Pedro Sánchez y Carles Puigdemont han evidenciado que ahora son socios, que están en el mismo barco y que tienen un rival en común: PP y Vox (y en Europa, también Ciudadanos). El expresident ya lo dejó claro al referirse a la negativa de la Unión Europea para dar estatus de oficial el catalán. Y es que el líder juntaire acabó atacando más al Partido Popular que no a sus nuevos socios socialistas.

Mientras la ley de amnistía esté en proceso de tramitarse y aprobarse -y con la oficialidad del catalán, más de lo mismo-, la historia de amor entre PSOE y Junts seguirá viva. Una historia de amor que solamente parecerá distorsionada por las teatralizaciones de los procesistas para no defraudar a los suyos más de lo que ya han hecho. El interés particular y el temor a lo que ellos llaman "extrema derecha y derecha extrema" los mantiene unidos. Y así seguirá, por lo menos, en los primeros meses -o incluso años- de esta legislatura.

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