A Carles Puigdemont se le acumulan los problemas
El acercamiento del expresident al PSOE genera rechazo e indiferencia entre los suyos
Carles Puigdemont ha vivido muy tranquilo los últimos años. Con su partido siendo irrelevante en el Congreso -a lo que aritmética parlamentaria se refiere-, Junts se había instalado en la crítica cómoda y constante a ERC. Mientras los republicanos facilitaban la gobernabilidad de España, los juntaires tachaban a sus rivales procesistas de poco menos que traidores.
Pero ahora Junts ya no es irrelevante. Pedro Sánchez necesita sus votos para ser presidente y Carles Puigdemont ha dado un giro de 180 grados. Pactar con “el 155”, facilitar la gobernabilidad del Estado y volver al histórico “peix al cove” convergente ya no es tan malo. Pero esto le está pasando factura al expresidente de la Generalitat entre los sectores más duros del independentismo, aquellos que Junts decía querer representar.
El Consell de la República: rechazo e indiferencia al nuevo plan de Puigdemont
Este martes conocíamos los resultados de la consulta que forzaron las bases del Consell de la República. Una consulta sobre si se debía bloquear -o no- la investidura de Pedro Sánchez. El veredicto ha sido demoledor: un 74,9% de los socios de este chiringuito creado por Puigdemont rechazan que los partidos procesistas faciliten la reedición del Gobierno de coalición.
Esta consulta tuvo una participación que no llegó ni al 5%, lo que demuestra que Puigdemont tiene otro problema entre manos. Muchos de los propios socios ya ni se sienten interpelados por la plataforma creada desde Waterloo. Apenas 1000 personas votaron a favor de negociar la investidura de Pedro Sánchez. El resto de los casi 100 000 socios que tiene el Consell han preferido abstenerse o directamente rechazar un posible pacto con los socialistas.
Puigdemont pasa de los suyos
Como era de esperar, Carles Puigdemont hará caso omiso a la petición de sus fieles. No tardó en dar un paso al frente para recordar que la consulta no era vinculante, ya que el Consell no es quien negocia con el PSOE: son los partidos. Que sean el propio expresident y Toni Comín los que lideren las conversaciones con los socialistas a la vez que presiden el Consell parece ser una simple anécdota para ellos.
Segundo aviso al expresident por parte de sus bases
Esta ha sido la segunda votación en pocos días que ha realizado el chiringuito de Puigdemont. Este mismo mes, la cúpula del Consell -formada básicamente por gente de Junts cercana al expresident- recibía el visto bueno a la reforma interna a la entidad. Una reforma muy criticada y que recibió el aval de sus bases, pero con tan solo el 7% de participación.
Si queda clara alguna cosa es que el giro al pragmatismo de Carles Puigdemont está erosionando su figura entre sus propias bases. Su figura ya no tira como antes y el pacto con Pedro Sánchez buscando una salida personal puede ser el golpe definitivo a su reputación entre el independentismo. El que una vez fue el “president legítim”, cada vez cuenta con menos apoyos más allá de los fieles acólitos de su partido.
Las encuestas lo ponen en alerta
Por si fuera poco, las encuestas que se van publicando en los últimos días marcan una tendencia poco esperanzadora para Junts. La mayoría señalan que, si no facilitan la investidura de Pedro Sánchez y tenemos que volver a las urnas, los escaños que conseguirían los juntaires dejarían de ser relevantes. Algo que pone aún más en un compromiso a Puigdemont, que ya ha dado un paso adelante para facilitar la gobernabilidad de España y que ya no hay modo de volver atrás.
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