Primer plano de Carles Puigdemont

POLÍTICA

Los antiguos aliados de Puigdemont que ahora juegan en su contra

Estonia, Letoria o Lituania no quieren problemas

Si lo de que el reconocimiento del catalán (y, de rebote, el euskera y el gallego) es condición sine qua non para que Sánchez repita, ya podemos ir preparándonos para votar. En las altas instancias de la UE no les seduce ni la forma ni el fondo de lo que plantea el Gobierno en Funciones a propósito de estas tres lenguas españolas. Hasta Estonia, Lituania y Letonia, que nunca han tenido prejuicios con el independentismo catalán o vasco no lo ven ni correcto ni oportuno. En Bruselas, parafraseando a Jordi Pujol, consideran que convertir al catalán, el euskera y el gallego en lenguas oficiales en la UE no toca ahora.

¿Qué dice el Consejo de Asuntos Generales?

En la UE no lo ven nada claro. Consideran que añadir tres idiomas oficiales sólo en una parte de un estado miembro implica sentar un precedente  "problemático". Además, creen que las formas empleadas desde Madrid no son las correctas para un asunto de ese calado. La propuesta, dicen, llega sin apenas discusión previa y, encima, al hilo de una investidura que está todavía en el aire.

De hecho, hay quien considera que, con esta propuesta, el Gobierno español se excede y coloca sus prioridades por delante de las de la UE. ¿Por qué? Pues porque el ministro Albares, que nunca participa en el CAG, aprovecha la presidencia rotatoria del Consejo para, señalan desde el CAG, introducir de nuevo en la agenda una cuestión que ya estaba discutida. En Bruselas, consideran que en septiembre el tema quedó zanjado. Y se cerró, además, con un no rotundo.

Hasta las repúblicas bálticas

Suecia y Finlandia, que temen verse en situaciones parecidas al ser países plurilingües, ya dijeron que no, pero Estonia y Letonia, con importantes minorías rusas, explicitan ahora su negativa. Kisjanis Karins, ministro letón de Exteriores considera que hay “cuestiones muy importantes sobre la mesa” y que la UE debe “centrarse en la situación geopolítica. Ni siquiera el finés Adlercreutz, que en septiembre llegó a hacer unas declaraciones en catalán, considera que el tema se haya planteado como es debido. Si Puigdemont quiere hacer caso a su Consell de la República, tiene la excusa perfecta.

Letonia y Lituania, antiguos aliados del independentismo

Se da la circunstancia que dos de los países que más han mostrado su rechazo a la oficialidad del catalán en Europa son antiguos aliados del independentismo catalán. En 2013, el entonces primer ministro letón, Valdis Dombrovskis, llegó a decir que "si hay una voluntad clara del pueblo y una clara demanda por un referéndum, vale la pena mirar opciones sobre cómo abordarlo". Su homólogo de Lituania, Algirdas Butkevicius, también afirmó en 2013 que cada país "tiene derecho a la autodeterminación". Diez años después, estos países que apoyaban las tesis de los independentistas catalanes, se han convertido en los principales obstáculos para que el catalán sea oficial en la UE.