Carles Puigdemont con gafas y traje oscuro mirando hacia la derecha con un cielo azul y nubes de fondo.
POLÍTICA

Carles Puigdemont ‘pasa’ de sus funciones como parlamentario

El expresidente explica que no puede ser jefe de la oposición porque ya fue presidente de la Generalitat

Los juntaires se reunieron ayer en Waterloo para preparar el próximo debate de política general. Por su parte, el expresidente Puigdemont invitó a aprovechar la “debilidad” de Sánchez y de Salvador Illa. Insistió en que los socialistas no tienen mayoría ni en Madrid, ni en el Parlament, ni en el Ayuntamiento.

Habida cuenta de que Junts mantiene a Sánchez en la Moncloa y que el PSC se ha hecho en poco tiempo con Barcelona y Palau, resulta llamativa esta apelación a la “debilidad”. Pero la realidad de fondo es que el expresidente Puigdemont no hará grandes maniobras hasta que tenga la amnistía resuelta. Como explicábamos esta semana en E-Notícies, lo único seguro que se sabe de la amnistía es que va para largo.

Puigdemont riza el rizo de su promesa

Al margen de todo esto, otra novedad relevante que transmitió el expresidente es que no va a ejercer de ‘jefe de la oposición’. Esta figura no es simbólica, al contrario: está convenientemente recogida en la legalidad y tiene funciones concretas. Pero Puigdemont dijo a los suyos que no iba a ejercer como tal.

Un hombre con gafas y traje oscuro es entrevistado por varios medios de comunicación, sosteniendo micrófonos de diferentes colores y logotipos, con un paisaje montañoso de fondo.

Su justificación es que, como ya fue president en su día, ahora no puede ser jefe de la oposición. En sí mismo, esto ya es diferente a lo que prometió durante las elecciones. Según dijo en campaña, iba a dejar la política en caso de no ser presidente de Cataluña. Como es evidente, no ha sido el caso.

En el más puro estilo procesista, la justificación que ahora aduce es que pensaba que la ley de amnistía ya sería efectiva durante el pleno de investidura. O bien esto es falso o bien ni Puigdemont ni sus asesores jurídicos sabían que la amnistía iba a empezar una carrera de obstáculos judiciales. Esto resulta doblemente llamativo porque el redactado de la ley dependió en parte de Junts.

Por ello, era manifiestamente evidente que la ley iba para largo. Desde el principio, por ejemplo, se presentaron amenazas de recurso al TC y a la UE. Incluso el comisario de Justicia Reynders dijo que “mirarían con lupa” la ley (en respuesta a una pregunta de Ciudadanos, que por aquel entonces no había desaparecido).

En cualquier caso, esto no es obstáculo para que el expresidente mantenga su condición de diputado. Para esto sí que afirma que su hipotética renuncia del escaño dependerá de la ley de amnistía.

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