Carles Puigdemont da el 'ok' a Pedro Sánchez
El expresident de la Generalitat accede a que Junts haga presidente del Gobierno al líder socialista
No está anunciado oficialmente, pero Pedro Sánchez seguirá cuatro años más en la Moncloa. Carles Puigdemont, tras muchas gesticulaciones y palabras grandilocuentes, ha dado luz verde a que Junts per Catalunya vote a favor de investir al líder socialista como nuevo presidente de España. De este modo, PSOE y Sumar podrán reeditar el Gobierno de coalición gracias a un Frankenstein ampliado: Junts, PNV, Bildu, ERC y BNG.
Nadie dudaba del compromiso de PNV, Bildu, ERC y BNG de apoyar a Pedro Sánchez, pero al PSOE le quedaba el escollo de convencer a Carles Puigdemont. Y lo ha conseguido a base de conceder la amnistía, de prometer luchar por la oficialidad del catalán en Europa y de alguna concesión más que los dos equipos negociadores están acabando de concretar. Fuentes de los dos partidos admiten que las conversaciones están muy avanzadas. Tanto, que el acuerdo podría hacerse público incluso la semana que viene.
Ya que Pedro Sánchez tiene tiempo hasta el 27 de noviembre para ser investido, PSOE y Junts se esperarán al juramento de Leonor, el próximo 31 de octubre. Así lo cuenta The Objective. En este sentido, la sesión en el Congreso que proclame como nuevo presidente al líder socialista podría llevarse a cabo el 13 y 14 de noviembre.
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Pequeños detalles
El acuerdo entre PSOE y Junts ya está prácticamente cerrado. Solamente falta concretar algunos detalles. Uno de ellos puede ser la concesión de una de las últimas exigencias de Carles Puigdemont. Y es que el expresident de la Generalitat quería que el Estado devolviese a los implicados del ‘procés’ todo el dinero depositado en los tribunales por procedimientos que aún están pendientes de juzgarse.
Esta cifra alcanza los siete millones de euros en total. De estos, 3,2 millones corresponden a los políticos implicados en la organización del referéndum del 1 de octubre. Es decir, corresponden a Puigdemont, Junqueras y compañía.
Con la amnistía prácticamente acordada, en los últimos días ha habido otros puntos de discusión. Entre ellos, el reconocimiento de Cataluña como nación o la figura del relator o mediador. En cualquier caso, no dejan de ser pequeños detalles de una negociación que las dos partes auguraban que serían complicadas. A pesar de esto, ya desde el principio era evidente que los dos estaban condenados a entenderse por intereses mutuos.
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