Brindis al sol de Pere Aragonès

El president de la Generalitat de Catalunya, Pere Aragonès, ha acudido este jueves para comparecer en el Senado delante de los presidentes de comunidades autónomas del PP. Los populares presentaron una moción sobre la amnistía en la Comisión General de las Comunidades Autónomas y Aragonès vio la oportunidad de marcar perfil. Su intervención ha durado un poco menos de 10 minutos y no ha aportado nada nuevo: amnistía y referéndum, su receta.

El discurso del President ha empezado buscando el cuerpo a cuerpo contra el Partido Popular: "Si les importara Catalunya nos convocarían para hablar cuando el Parlament aprueba leyes sobre bienestar e igualdad". Aragonès, que no se ha quedado a escuchar las réplicas ha centrado sus palabras en dos conceptos: amnistía y referéndum. Asegura que la primera es algo "imprescindible para avanzar en la resolución del conflicto político", en un marco mental que hace tiempo que utiliza el procesismo.

Aragonès, como los otros dirigentes de ERC y Junts, hablan de conflicto político, de represaliados y perseguidos "por ejercer el derecho a l'autodeterminación". Un concepto quizás victimista, que le sirve para presentarse como demócrata y dialogante. La amnistía, pues, es lógica desde su punto de vista. No solo eso, debería ser el Estado quien pidiera disculpas por lo sucedido desde 2014. 

Eso sí, el president de la Generalitat ha evitado hablar del uno de octubre, de la consulta de 2017. Su receta ahora es un poco distinta: tras la amnistía, toca un referéndum "acordado como el que se hizo en Escocia". Una propuesta imposible, que no tiene el apoyo ni de Sumar y que está condenada a quedar en eso, en un brindis al sol para su propia parroquia.

"Cataluña mira hacia delante y hará camino", ha dicho Aragonès en una versión 2.0 de "lo volveremos a hacer". El president da por hecho que habrá referéndum de autodeterminación, pero ha evitado hablar de la independencia. Es de suponer que, sabiendo que no habrá consulta, tampoco hace falta detallar cómo sería su Cataluña independiente. Algo se ha aprendido en comparación en 2017, cuando las famosas estructuras de Estado quedaron en una idea abstracta.

El quiero y no puedo de Pere Aragonès

La presencia en el Senado del president de la Generalitat quedará en una imagen, tres titulares y cinco minutos de gloria. El procesismo vuelve a aprovechar una maniobra poco inteligente del PP para presentar su victimismo. Los populares siguen, pues, en su estrategia de mostrar poder territorial frente a Sánchez, pero la política debería ser algo más que buscar titulares.

Mientras, Pedro Sánchez sigue en sus trece. Aprobará la amnistía, volverá a la Moncloa y después ya veremos cómo es capaz de gobernar con sus socios variopintos. Nada nuevo en la oficina.