Montaje con los líderes de ERC Oriol Junqueras y Pere Aragonès
POLÍTICA

ERC ya libra su nueva batalla interna: quién es quién

Con el liderazgo de Junqueras en cuestión, el sector Aragonès gana enteros para acabar dirigiendo el partido

Oriol Junqueras, Pere Aragonès, Marta Rovira y Marta Vilalta. Estos son los cuatro grandes nombres que han pilotado ERC en los últimos años con una unidad interna aparentemente indudable. Pero todo cambia: el mal momento electoral de ERC ha hecho airear algunas divisiones intestinas en el partido, que se prepara para una nueva y cercana batalla interna.

La ERC de Oriol Junqueras se agrieta

ERC se agrieta y el liderazgo de Oriol Junqueras está en cuestión. Estas son dos de las conclusiones que deja el nuevo varapalo electoral que vivió la formación el pasado domingo. El batacazo se suma al que ya tuvo lugar hace dos meses, cuando los de Junqueras perdieron 300.000 votos en las elecciones municipales.

Tras el bache de mayo, el adelanto electoral de las generales suponía una afrenta muy delicada para el partido de Oriol Junqueras. Todas las encuestas pronosticaban una caída desde los 13 escaños con los que contaban en la anterior legislatura. Ahora bien, ni el más pesimista de los sondeos se acercó a la realidad: ERC perdió seis escaños y 400.000 votos.

Imagen del líder de ERC Oriol Junqueras con cara de sorpresa

Oriol Junqueras, cuestionado al frente de ERC

Más allá de estos datos, que constatan el desgaste de ERC y el fin del mejor ciclo electoral de su historia, están las consecuencias internas del desastre. Como ocurre en todos los partidos, las épocas de vacas flacas sacan a relucir las familias y los sectores de la formación, así como su lucha por el poder. Y ahora, tras la doble debacle, llega el turno de ERC: Oriol Junqueras, su líder desde 2011, ve como su liderazgo, intocable hasta hace muy poco, empieza a estar cuestionado.

Y no nos referimos tan solo al Colectivo 1 de Octubre, una corriente crítica interna formada por la vieja guardia más independentista. El grupo, encabezado por el exdiputado en Madrid Joan Puig, lleva años haciendo oposición interna a Junqueras, pero su apoyo entre las bases del partido ha sido escaso. El actual cuestionamiento a Junqueras tiene un arraigo mucho más importante.

El postprocés ha supuesto un importante desengaño para el electorado independentista. Ello, sumado al desgaste propio de ocupar poder, deja a los republicanos tocados y especialmente a su presidente, Oriol Junqueras. Si hasta ahora las voces del partido que cuestionaban su liderazgo eran escasas y de nula notoriedad interna, la tendencia empieza a cambiar.

Tras entrar esta misma semana en el gobierno de la Diputación de Barcelona junto a PSC, Comunes y Tot per Terrassa, varios cargos locales de ERC han alzado públicamente su voz. Lo hizo, por ejemplo, el alcalde de Arenys de Munt, Josep Sánchez:

El sector Junqueras ya no domina el partido con la placidez a la que estaba acostumbrado. Así, parecen producirse movimientos encarados a un relieve que sitúe a Pere Aragonès y a su sector más afín al frente de la formación.

Montaje con Oriol Junqueras de fondo y los miembros de su equipo Josep Maria Jové, Marta Rovira y Sergi Sol

El 'clan' Junqueras

Pere Aragonès es, políticamente hablando, 'hijo' de Oriol Junqueras. Siempre en sus equipos, fue su mano derecha cuando ocupó la consejería de Economía durante el gobierno de Puigdemont. Pero Aragonès ha ganado entidad propia con la presidencia de la Generalitat y la coordinación del partido —una presidencia 'de facto' durante el encarcelamiento de Junqueras.

Sin mala relación notoria entre ambos, al menos hasta ahora —veremos cuando arranque la guerra interna—, sí podemos distinguir dos familias alrededor de Oriol Junqueras y Pere Aragonès. Junqueras cuenta en su 'guardia pretoriana' con la secretaria general, Marta Rovira, como fiel escudera. Ahora bien, su peso interno es relativo desde que se encuentra en Suiza.

Otros nombres fieles a Junqueras son Josep Maria Jové, presidente del grupo parlamentario y del Consejo Nacional; o Lluís Salvadó, presidente del Puerto de Barcelona. Ambos forman parte del núcleo de confianza de Junqueras desde hace años; un núcleo en el que también cuentan otras figuras. El eurodiputado Jordi Solé, el exconsejero Raül Romeva o su exasesor Sergi Sol conforman el sector más fiel del presidente republicano.

También Gabriel Rufián es considerado un hombre cercano a Junqueras, si bien el portavoz en Madrid marca perfil propio en el partido. A menudo se le ha situado en una órbita propia, junto a su excompañero en el Congreso, Joan Tardà, y otros nombres como Carolina Telechea.

Montaje con Pere Aragonès de fondo y los miembros de su equipo Marta Vilalta, Raquels Sans y Laura Vilagrà

El sector Aragonès

Alrededor de Aragonès se sitúan otros nombres de peso del partido, generalmente más jóvenes y con reciente poder interno. Marta Vilalta, portavoz de ERC, es su mano derecha desde que ambos coincidieron en las juventudes del partido, y han hecho gala públicamente de la relación de confianza que les une. Laura Vilagrà, actual consejera de Presidencia y mano derecha de Aragonès en el Govern, es también una persona de su círculo de confianza.

Pero hay otros nombres emergentes, quizá menos conocidos públicamente, que se sitúan en la órbita del presidente catalán. Las vicesecretarias generales Raquel Sans, Sara Bailac o Marta Vilaret son ejemplos de ello. Especialmente Sans, diputada por Tarragona: es uno de los nombres llamados a adquirir poder en el partido de la mano de Aragonès.

Los diputados Alba Camps y Pau Morales o la delegada de la Generalitat en Girona, Laia Cañigueral, son otros jóvenes dirigentes del sector del presidente de la Generalitat. Se trata, pues, de nombres llamados a encabezar la dirección de ERC en el futuro más inmediato, cuando se produzca un relieve generacional que, ahora, parece más cerca que nunca.

¿Guerra abierta o acuerdo sucesorio en ERC?

Si la dinámica electoral de ERC y sus choques internos continúan su evolución, la batalla interna llegará. Solo el tiempo concretará la forma en la que se va a producir y en qué momento. ¿Veremos una guerra abierta o habrá un acuerdo sucesorio que evite una brecha insalvable en el partido?

Unas nuevas elecciones generales postergarán la sucesión, aunque a la vez podrían favorecerla si el resultado de los republicanos vuelve a ser decepcionante. La batalla interna, pues, parece segura: cuándo y cómo se produzca son, hoy, las incógnitas que nos quedan por resolver.

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