Barcelona, el banco de pruebas de ERC que puede marcar el futuro del partido
La dirección de ERC en Barcelona tiene un acuerdo cerrado con Collboni que someterá a votación de las bases
Ahora mismo, la política catalana es incierta porque hay varias incógnitas que se cruzan entre sí. Podemos destacar dos: quién será el próximo presidente de la Generalitat y qué hará ERC con su futuro. El partido tiene un congreso nacional dentro de unos meses y hasta entonces tienen que jugar bien sus cartas. Lo sucedido ayer en el Parlament fue un adelanto.
Para disgusto de Salvador Illa y del PSC, los republicanos se decidieron al final por Junts para presidir la Mesa. De entrada, esto se interpreta como un acercamiento hacia la resurrección procesista que algunos como Artur Mas o Lluís Llach han pedido. Aunque también cabe la posibilidad de que ERC mantenga su intención de pactar con el PSC y la decisión de ayer solo sirva para reducir las críticas que les podrían venir desde el lado más nacionalista. Lo que parece claro es que ERC navega entre dos aguas.
Y, dentro de poco, los republicanos - los militantes, en realidad - tendrán que enfrentarse a la disyuntiva de apoyar o no al PSC. En este caso, pero, no será en la Generalitat, sino en el Ayuntamiento de Barcelona. De este modo, el consistorio de la capital podrá ser otra vez un indicar fiable del rumbo de la política catalana. Y, también otra vez, lo que se le ofrecerá a los militantes será un producto ya manufacturado desde los despachos.
Consulta a la militancia
De la misma manera que ERC puede escoger entre dos opciones (PSC o Junts), la militancia parece estar divida en dos sectores. Algo que se vio las últimas elecciones internas de la federación barcelonesa del partido, que es una de las más importantes. Al final, y con un resultado muy ajustado, se impuso la candidatura oficialista de Eva Baró.
Esta división casi perfecta en dos sectores explica que ahora se hayan puesto de acuerdo para consultar a la militancia la decisión de entrar o no en el gobierno del ayuntamiento. En una carta publicada en El Periódico, ambos sectores de la federación anuncian que la militancia votará este asunto.
Aunque, más que una votación, es un plebiscito a la decisión que ya tenían tomada tanto Eva Baró como Elisenda Alamany. Y es que ERC tenía el acuerdo con el PSC de Collboni más que perfilado. De hecho, las sillas ya están repartidas: las carteras de Turismo y Promoción Económica para Alamany y Derechos Sociales para Jordi Castellana. Y todo con la bendición de Oriol Junqueras, que ha empezado a hacer méritos para presidir ERC.
Barcelona, laboratorio
El ayuntamiento, eso sí, tiene sus particularidades políticas. Si Collboni es alcalde es porque también se involucró el PP para arrebatarle la alcaldía a Xavier Trias. En la Generalitat, en cambio, el tripartito sería enteramente progresista y el PPC no tendría influencia alguna. Aun así, lo que ocurra en Barcelona será un termómetro bastante fiel de lo que pueda pasar después en la Generalitat. Además, en un doble sentido.
En primer lugar, los tempos han llevado a que esta decisión de entrar o no en el ayuntamiento se superponga con el inicio de la legislatura en el Parlament. En segundo lugar, la consulta a las bases permitirá tomarle la temperatura a la militancia, que todavía anda descontenta por el resultado del 12M y la previsible decisión de Junqueras de intentar liderar el partido.
En suma, aunque no sea determinante para llevar a Illa o a Puigdemont a Palau, lo que suceda en Barcelona podrá decantar la balanza en uno u otro sentido. Es de suponer que la dirección del partido en sus diferentes instancias será prudente antes de conocer la decisión de la militancia. ERC se juega muchas cosas en muy poco tiempo, empezando por su futuro.
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