De Artur Mas a Puigdemont: ¿Qué políticos procesistas se beneficiarán de la amnistía?

Comienza la cascada de la amnistía. Una vez aprobada la ley por el Congreso de los Diputados, empieza la siguiente fase. Ahora, la pelota está en el tejado de los tribunales y eso pondrá a prueba la solidez del redactado. Sus impulsores lo sabían y han procurado hacer una la ley lo más blindada posible. Un tropiezo con la justicia europea sería un duro golpe de credibilidad.

Por motivos obvios, el más interesado en la aplicación inmediata de la ley es el expresidente Carles Puigdemont, cuya intención es pasar a ser presidente Carles Puigdemont. En función de lo que decidan los tribunales y el propio interesado, podríamos tener de vuelta a Puigdemont el próximo 25 de junio. O ese fue por lo menos su compromiso: acudir de cuerpo presente a un debate de investidura que, por otra parte, ya empieza a organizar para pasarle por delante a Salvador Illa.

Al margen del caso de Puigdemont, hay toda una lista de personas más o menos conocidas que se verán beneficiadas de la ley de amnistía. Y es que hay que tener presente que la amnistía se remonta hasta el 9N: son muchos años de procés los que se incluyen. En total, se calculan entre 370 y 420 las personas amnistiadas.

Una lista extensa

Señalar los nombres de los amnistiados devuelve una imagen instantánea de lo que fue el procés. En líneas generales, se puede diferenciar entre tres grupos cuando se trata de políticos.

El de los líderes: Puigdemont, Junqueras y Mas, principalmente. El de los prófugos: Toni Comín, Clara Ponsatí, Marta Rovira, Anna Gabriel o Lluís Puig. El de los condenados: Romeva, Forcadell, Serret, Dolors Bassa, Joaquim Forn o los dos ‘Jordis’. Y, finalmente, el de la logística y el círculo operativo de los líderes: Josep Lluís Alay, Miquel Buch, Xavier Vendrell, Lluis Escolà, Lluís Salvadó, Natàlia Garriga o Josep Maria Jové. La lista de políticos amnistiados es proporcionalmente extensa, pues, a las caras más conocidas de la política catalana de los últimos años.

Ahora bien, una parte muy numerosa de los amnistiados no son políticos. Ahí se encuentran, por ejemplo, los centenares de activistas y manifestantes que acabaron procesados de alguna u otra manera, la mayoría por altercados y delitos contra la autoridad. Según el colectivo Alerta Solidaria, hay alrededor de 419 personas afectadas que no son cargos políticos o administrativos de alguna clase. Aquí se contarían personas que estuvieron relacionadas con el Tsunami, los CDR o los momentos más duros de las protestas.