Acusan al Colegio de Periodistas de Cataluña de ser un 'altavoz de la ultraderecha'
Le reprochan que ‘abra sus puertas al nacionalismo racista supremacista, que hace discursos de odio contra vecinos y vecinas’
Según reza la Wikipedia, la Unidad Contra el Fascismo y el Racismo (UCFR) es “un movimiento social aparecido en 2010, a raíz del anuncio del partido de extrema derecha Plataforma por Cataluña de concurrir de nuevo a las elecciones municipales”. Así mismo, se señala que “se atribuye a la actividad continuada de UCFR el progresivo declive de la extrema derecha”.
En el orden práctico, la función de este grupo consiste en avisar cuando entienden que hay alguna amenaza proveniente de la “extrema derecha”. En su página web tienen incluso un apartado exclusivo dedicado a Vox y que lleva por nombre “StopVOX: No te dejes enredar”.
En esencia, uno de los objetivos de este y otros grupos similares es hacer un marcaje en redes y medios de comunicación a la extrema derecha. Este modo de proceder tiene un efecto derivado y es que el marcaje se extiende con facilidad a otros grupos; es lo que se conoce como hacer de “altavoz a la extrema derecha”. Y esto es lo que le ha pasado al Colegio de Periodistas de Cataluña.
VOX y el Front
Se conoce que el Colegio de Periodistas de Cataluña celebró “un acto de la extrema derecha catalana en sus instalaciones” en el que participó el Front Nacional de Cataluña. Ante esto, la UCFR activaba su movilización internáutica y apuntaba a que “tristemente, el Colegio de Periodistas hace de altavoz de partidos ultra”.
Con una memoria bastante notable, hacen referencia a otro episodio que también involucró al Colegio de Periodistas. “El 19 de mayo de 2020, coorganizaron un encuentro telemático con un eurodiputado de Vox; hecho que encendió las redes y el rechazo de los periodistas colegiados”.
Su conclusión es que “al fascismo y al racismo, ni debates, ni ruedas de prensa, ni jornadas, ni encuentros, ni conferencias, ni entrevistas ni otros acontecimientos”.
Este es otro ejemplo de la facilidad que hay estos días para calificar de fascismo o extrema derecha a diferentes opciones políticas. De hecho, no se trata de una cuestión menor. Es uno de los puntales de la estrategia política y electoral de casi todas las fuerzas progresistas, que han fiado el grueso de su estrategia a este procedimiento.
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