Imagen de la sala de plenos del parlamento de Cataluña con un pulgar arriba en verde y un pulgar abajo en rojo
OPINIÓN

Quién va ganando y quién va perdiendo en la precampaña electoral en Cataluña

Este viernes empieza oficialmente la campaña para las elecciones del 12 de mayo

Editorial Arnau Borràs

Este viernes empieza oficialmente la campaña electoral. Entramos, pues, en la recta final para que los partidos convenzan a sus potenciales votantes para que les den su apoyo para el 12 de mayo.

Con pocas encuestas encima de la mesa, cuesta saber hasta qué punto las distintas formaciones están acertando en su estrategia electoral. Sin embargo, las actuaciones de los distintos actores políticos en sus apariciones y las reacciones en las redes y en la calle sí que nos hacen presagiar cuáles son los partidos que están posicionando mejor (y peor) en este tramo final antes de las decisivas votaciones del próximo 12 de mayo.

Quién va ganando

En este apartado se encuentra el PSC. Desde hace meses, Salvador Illa está liderando todas las encuestas. Eso sí, los socialistas tenían (y tienen) el peligro de que la ley de amnistía impulsada por Pedro Sánchez y el caso de las mascarillas pudiera afectar al que tiene todos los números de salir ganador el 12 de mayo.

Salvador illa con la mano en el pecho en un acto el 11 de abril de 2024

Sin embargo, Salvador Illa se ha mantenido en su estrategia de erigirse como fuerza central en Cataluña. Algo que parece que le sigue funcionando. Su plan conciliador, de extender la mano a sus contrincantes y abrirse a pactar a izquierda (tripartito) y derecha (Junts e incluso PP), tiene toda la pinta que le seguirá reportando apoyos. O, por lo menos, le servirá para no verse penalizado por los factores antes comentados.

En una tendencia al alza también está Carles Puigdemont. Su aparición en el tablero electoral ha permitido a Junts agitar la bandera del sentimentalismo, algo que le puede hacer recuperar parte del voto abstencionista indepe y ganar su lucha particular con ERC. 

El principal problema al que se enfrenta el expresident es que el ‘suflé’ vaya bajando en los próximos días. Sobre todo, ante la inconcreción de propuestas ideológicas y de gestión. A día de hoy, nos han repetido que será muy exigente con el Gobierno de Pedro Sánchez, pero aún desconocemos cuáles son sus propuestas concretas para educación, inmigración, seguridad y largo etcétera.

Todo esto sin contar que, por ahora, no parece que Junts vaya a dar el ‘sorpasso’ al PSC ni con la presencia de Puigdement. Solamente un golpe de efecto a modo de vuelta prematura y posible detención antes de las votaciones podrían dar opciones reales a los juntaires de competirle el triunfo a Salvador Illa. 

Otro partido claramente al alza es el PP. Gracias a sus contundentes intervenciones en el Parlament, las propuestas sobre inseguridad o economía y el ‘momentum’ positivo para su formación, tiene toda la pinta que el partido de Alejandro Fernández no solamente aumentará su representación en el Parlament, sino que lo hará de forma muy destacada.

Montaje de Alejandro Fernandez y Ignacio Garriga con el Parlament de fondo

Eso no tiene pinta de que vaya a afectar negativamente a Vox. La teoría de que un PP al alza debilita a la formación de Abascal quedó en entredicho en el País Vasco y parece que el escenario se repetirá en Cataluña. A pesar del auge de los populares, la formación de Ignacio Garriga se ha volcado en la precampaña reforzando sus puntos fuertes (inmigración e inseguridad) para capitalizar un voto constitucionalista e ideológicamente más radical al que quizás no llega Alejandro Fernández.

Finalmente, en buena situación también se encuentra la Aliança Catalana. Ha quedado demostrado que el cordón sanitario informativo de los medios afines al procesismo no está funcionando. Y, a cada encuesta que aparece, la intención de voto al partido de la alcaldesa de Ripoll va en aumento. 

Fotografia de Sílvia Orriols en su despacho en una entrevista con Arnau Borràs, director de E-Notícies

El partido identitario indepe, eso sí, corre el riesgo de estancarse hablando solamente de inmigración e inseguridad. Pero si amplían su discurso, por ejemplo, a denunciar la red clientelar que ha montado ERC (y el procesismo en general) alrededor de la Generalitat, casi que se puede dar por segura su entrada al Parlament el próximo 12 de mayo.

Quién va perdiendo

Aquí encontramos a cuatro partidos. Y tres de ellos parecen pecar de lo mismo. Se trata de ERC, Comuns y CUP, que básicamente están haciendo una campaña para convencer a los ya convencidos. 

Plano general de Pere Aragonès andando en el hemiciclo del Senado, con los senadores sentados de fondo

Especialmente flagrante es el caso de Esquerra. Aquí ya hemos hablado de los volantazos que están dando sin que todavía lleguen a tocar con la tecla oportuna (si es que hay tecla oportuna tras el desastre que han perpetrado en los últimos años). Ni confrontar con Puigdemont, ni dar alas a Orriols para quitarle votos a Junts, ni reivindicar la obra de gobierno (efecto de sonido de risas enlatadas) les están funcionando. Y no parece que tengan opciones de solucionarlo de aquí al 12 de mayo.

La táctica de Comuns y CUP tampoco parece que vaya sea especialmente atractiva para los indecisos. Su precampaña se está basando en que sus bases vayan convencidísimos a votarles, pero no tiene pinta de que vayan ha conseguir eso de “ampliar la base”.

Finalmente, en este grupo también se encuentra Ciutadans. El partido liberal, al que ninguna encuesta le da opciones de obtener representación, están atrapados en su crítica al PSOE y sus socios procesistas. Y su inconcreción ideológica les está afectando aún más de cara a unas elecciones en las que el eje ideológico ha cogido más protagonismo que en los comicios de los últimos años en Cataluña.

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