Carles Puigdemont en primer plano saludando con cara sonriente

OPINIÓN

Que pongan el nombre de Puigdemont a la ley de amnistía y que se acabe el cuento

Por muchos discursos grandilocuentes y victimistas de Míriam Nogueras, al final la historia va de esto: de salvar a Carles Puigdemont

Editorial Arnau Borràs

Este martes hemos tenido una nueva sesión del vodevil que tienen montado el PSOE y sus socios desde el inicio de esta legislatura. Ahora, la ley volverá a la comisión de justicia y seguirán las negociaciones entre el Gobierno y Junts. Sin embargo, se hace difícil pensar qué puede cambiar antes de volver a votar en el Congreso dentro de un mes.

Para convencer a Junts, Pedro Sánchez podría poner directamente el nombre de Carles Puigdemont en la ley de amnistía y así se acabaría la agonía. Porque, por muchos discursos grandilocuentes y victimistas de Míriam Nogueras, al final la historia va de esto: de que Puigdemont salga de rositas y pueda volver a Cataluña cuanto antes. 

Si estás convencido de que no hubo terrorismo, ¿qué problema hay? El juez puede acusar de lo que quiera (o crea o tenga indicios) y otra es que pueda acabar demostrándolo. Lo que pasa es que, hasta que esto no suceda, la vida del resto de encausados seguirá más o menos igual, pero Puigdemont no podrá volver. Y esto es realmente lo único que le importa a él y a Junts, aunque para ello deban arrastrar a todos aquellos a los que les dijeron “apreteu”. 

El PSOE tiene poco margen para bajarse más los pantalones. Y Junts debe asumir dos cosas. Una, que quizás no hay forma de que la amnistía beneficie de inmediato a Puigdemont. Y dos, que se lo podrían haber pensado dos veces antes de llevar a Cataluña a un proceso hacia la nada, de creer que puedes echar un pulso a la justicia tan a la ligera o de pensar que esta legislatura tenía algún tipo de sentido.