Oriol Junqueras con barba y traje azul sobre un fondo rosa con líneas discontinuas.
OPINIÓN

Junqueras, el ‘pringao’

¿Qué debe pensar Junqueras al ver que ahora le señalan como el responsable de los males de Esquerra?

Oriol Junqueras estuvo en la cárcel engordando –nunca una condena penitenciaria fue tan sabrosa a base de langostinos y bollería industrial–. Pero al menos se enfrentó al juicio y acabó en una prisión, y ahora está siendo apuñalado por la ‘turista’ política Marta Rovira y por el ‘president’ que consiguió dilapidar el caudal político de Esquerra con una gestión al frente de la Generalitat digna de Quim Torra. Pere Aragonès consiguió mejorar a su predecesor, cosa que parecía imposible.

Estos dos personajes siniestros, con su cohorte de pelotas y con la excusa de “salvar el partit” quieren mandar al basurero de la historia al dirigente de Esquerra que consiguió volver a situar a un militante suyo al frente de la Generalitat tras más de ocho décadas de sequía.

Porque quien crea que fue Aragonès, con su gran carisma y su fama de gestor de talla mundial, el que ganó los comicios autonómicos de 2021 debería hacérselo mirar. El ‘nen barbut’, en una genial definición del periodista Albert Soler, siempre ha sido una mediocridad con patas cuyo único mérito ha sido no estar inhabilitado por su capacidad para escurrir el bulto.

Carles Puigdemont debe estar agotando las existencias de palomitas mientras disfruta del espectáculo: ver cómo los ‘suyos’ apuñalan a tu gran rival político, con el que ha tenido una confrontación a vida o muerte durante una década, ha de ser muy divertido.

Seguro que el prófugo de Waterloo piensa que “yo, que me fugué en el maletero de un coche para acabar comiendo mejillones en Waterloo, estoy aquí con posibilidades de ser ‘president’. Y Oriol, que pringó en el banquillo, está siendo linchado por sus antiguos pelotas. Esquerra no tiene arreglo, es un partido de traidores”.

Primer plano de Carles Puigdemont visiblemente preocupado

¿Qué debe pensar Junqueras al ver cómo él, que ha sido apartado de la vida política por sentencia judicial por su intentona golpista, mientras todos sus cómplices y antiguos pelotas, tan culpables como él, ahora le señalan como el responsable de los males de Esquerra?

¿Qué debe pensar Junqueras al ver cómo Aragonès, cuya desastrosa gestión al frente de la Generalitat ha hundido al partido, ahora escurre el bulto pidiéndole que se aparte por ser el culpable de la decadencia de la formación? ¿Qué debe pensar Junqueras al comprobar que todo su fanatismo hispanófobo no le sirve para nada para mantener el apoyo de los que le deben el cargo?

El ‘Pedro Sánchez’ que se quería marcar Junqueras yendo con su Dacia azul de pueblo en pueblo para convencer a la militancia parece cada día más imposible. Los puñales le llueven de todas partes y, para qué nos vamos a engañar, Rovira ha sabido tejer una red de influencias muy poderosa, y cada vez que chasquea los dedos, centenares de pelotas se movilizan.

La demostración de poder de la ‘turista’ al reventar la asamblea de ERC en Barcelona para intentar bendecir el pacto con Collboni ha dejado claro que el sueño de la ‘militancia’ que se impone contra la ‘dirigencia’ apoyando masivamente a Junqueras es casi un imposible.

O no, porque Esquerra es un partido de tradición tan errática que cualquier cosa es posible. En una formación que ha tenido como líderes a un tipo que se va a Perpiñán a pactar con ETA mientas es presidente en funciones de la Generalitat (Carod-Rovira), a otro que defendía que “los negros en América” tienen un “coeficiente inferior al de los blancos” (Heribert Barrera) y otro que sugiere que hay “diferencias genéticas” entre “catalanes y españoles” (Oriol Junqueras) puede pasar cualquier cosa.

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