Fotomontaje de los rostros de la consellera de Educació Anna Simó y el presidente del Govern Pere Aragonès
OPINIÓN

El Govern y la Bofill: cuando encargan al pirómano apagar el incendio que ha provocado

La comunidad educativa -y la que no lo es- no entiende la historia de amor que mantiene la Consejería de Anna Simó con entidades como la Fundació Bofill o la Associació Rosa Sensat


Editorial Arnau Borràs

El Govern de ERC agoniza, pero parece tener la intención de llegar hasta el final de la legislatura. Otra cosa es que lo acabe consiguiendo, que tampoco está del todo claro. En cualquier caso, están dispuestos a aferrarse a la poltrona, ni que ello conlleve seguir arrastrando a Cataluña a la mediocridad más absoluta.

De los múltiples incendios que existen actualmente en Cataluña (educación, sanidad, sequía, inseguridad…), el del bajo nivel del sistema educativo catalán es uno de los que ha generado más polémica. Este fin de semana, en E-Notícies, nos hacíamos eco del entramado educativo que forman la Consejería, la Fundació Bofill y la Associació Rosa Sensat entre otros, en uno de los artículos más leídos y compartidos que hemos hecho en el diario en los últimos meses.

La comunidad educativa -y la que no lo es- no entiende la historia de amor que mantiene la Consejería de Anna Simó con entidades la Bofill o la Rosa Sensat. Todos forman parte de una red que ha dirigido las políticas de enseñanza en Cataluña en los últimos años y que son los principales responsables del drama que vive el sistema educativo catalán. Un drama que todo el mundo intuía, pero que no estallado hasta la publicación del último informe PISA.

Muchos encuentran una broma de mal gusto de que el “grupo de expertos” creado por Anna Simó esté formado, en su mayoría, por personas vinculadas a este entramado, sobre todo la Fundación Bofill. Hay hasta cinco de un total de 15. Normalmente, cuando algo va mal, se intentan depurar responsabilidades. Aquí, el Govern de ERC hace lo contrario. No solo no ha habido ceses ni dimisiones, sino que se ha premiado a los ideólogos del precario nivel del sistema educativo catalán. Es incomprensible que se encargue la tarea de apagar el fuego al pirómano que lo ha provocado.

Porque una cosa es no hacer autocrítica, algo que desgraciadamente ya nos tiene acostumbrados este Govern. Pero otra bien distinta es que busques expresamente la misma piedra que te hizo tropezar para poder tropezar de nuevo con ella. Porque hacerlo solo tiene tres explicaciones: o incompetencia o mala fe o intereses. Y no sé cuál es peor de las tres.

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