Gaza, ¿el nuevo Stalingrado?
Los soviéticos demostraron que no es fácil la lucha casa por casa
Desde un punto de vista estrictamente técnico, la guerra de Nagorno-Karabaj habría sido el sueño de Clausewitz.
¡Un conflicto de un día! Que acaba, además, con una victoria total de Azerbaiyán
Armenia pierde definitivamente un territorio disputado desde hace más de treinta años. Y le hacen ahora a ella lo mismo que ella les hizo a los azeríes.
Supongo que será un caso claro de limpieza étnica. Por mucho que los medios hayan preferido hablar de “éxodo” o de “huida”
No ha tenido suerte Armenia en la historia. Como los kurdos. A pesar de su antigüedad. Lees cualquier historia de Roma y te das cuenta de que los romanos ya la utilizaban de estado-tampón con los persas.
El ataque de Hamás es todavía más impactante. El Pearl Harbor de Israel en el siglo de la tecnología.
Recuerda la guerra del Yom Kipur (1973) donde, antes de esta festividad religiosa, también fueron pillados por sorpresa.
Parece imposible que los servicios secretos israelíes -especialistas en Elint, inteligencia electrónica por sus siglas en inglés- no detectaran nada.
Ni siquiera en Humint, inteligencia captada por fuentes en el territorio. Porque todo el mundo sabe – o eso parecía- que Gaza es un queso gruyere.
Israel siempre ha tenido muchos colaboradores en países árabes. Era una de las claves de su éxito.
Tiempo habrá de analizar los fallos. Y hasta evaluar los daños ocasionados en la seguridad israelí.
Porque, en las imágenes, se vieron carros de combate en poder de Hamás. Carros que, a estas alturas, ya deben estar en Irán. O como mínimo sus equipos electrónicos.
En fin, Israel ha tenido ya seis guerras (1948, 1956, 1967, 1973, 1982 y 2023) con sus vecinos árabes, contando la de ahora, porque lo del 7 de octubre no fue un ataque terrorista, fue una invasión militar en toda regla.
Contraviniendo, por otra parte, las leyes de la guerra: soldados vestidos de civiles, ejecuciones sumarias, asesinatos a sangre fría, secuestro de civiles.
En cualquiera de ellas, sus enemigos los habrían echado al mar en caso de vencer. Por eso se agarraron tanto al territorio. No podían permitirse un segundo Holocausto.
Solo en la de 1948 se enfrentaron a media docena de contendientes: Siria, Egipto, Líbano, Jordania, la Legión Árabe, etc.
Pero, créanme, la solución no es fácil. Ni la política ni la militar.
¿Quién va a apostar ahora por dos estados si Hamás ha hecho lo que ha hecho sin tener siquiera un Estado?
Y los soviéticos ya demostraron en Stalingrado -la primera tumba del nazismo- que la lucha calle por calle y casa por casa, incluso con carros de combate y supremacía aérea, puede tener un costo elevadísimo para el atacante.
Sin olvidar el desgaste entre la opinión pública internacional ante la proliferación de víctimas civiles.
La guerra ha servido, en todo caso, para poner de manifiesto también el papel de una parte de la izquierda española. Basta repasar los tuits de algunos de sus más destacados dirigentes.
De constatar igualmente que Pedro Sánchez se mueve con pies de plomo también en esto. Seguramente porque gobierno con esta misma izquierda que decíamos.
Pero hay también otros perjudicados a nivel internacional: ¿quién se acuerda ahora de la guerra de Ucrania? El mundo se ha vuelto más inestable que nunca. Ya tenemos dos focos de tensión.
Más noticias: